“Abdo transita un futuro turbulento y hasta ahora muestra complicidad”

El nuevo escándalo en el negociado con la deuda de PDVSA suma al desgaste de Marito, cuya gestión cae en declive ante la falta de credibilidad para poner freno a los casos de corrupción.

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La imagen del presidente Mario Abdo Benítez denota mayor debilidad y falta de firmeza tras el escándalo y bochorno internacional con el negociado que se pretendía hacer con la deuda de PDVSA y que involucra a su jefe de Gabinete, Juan Ernesto Villamayor.

El sociólogo Carlos Peris Castiglioni sostuvo que estos casos de corrupción debilitan al Gobierno en su credibilidad ante la ciudadanía. Efectivamente, indicó que en el acuerdo secreto entre Petropar con PDVSA se pueden observar los mismos actores, antes sospechados que integran el propio entorno presidencial.

Sentenció que esta forma de gobernar se resume en una claque conformada por amigos y familiares.

Agregó que los casos de corrupción que giran en torno al primer anillo presidencial son una señal clara de que no son un caso esporádico, sino una forma que se tiene de llevar lo público.

“Me hace acordar a la frase stronista ‘a los amigos todo, a los enemigos palo’, que aquí se traduce en: los amigos participan de los negociados y ¡los otros no!”, significó Peris Castiglioni.

Apuntó que la cuestión, además, es que las personas implicadas siguen en los cargo, como los casos de Juan Ernesto Villamayor y Denis Lichi. “No hay un mando o una señal del presidente para depurar sus filas. Ellos, a no ser que renuncien, continúan”, sentenció.

Peris aseveró que aquí aparece la segunda señal que esto es algo normal y no esporádico al no sacar a los sospechados y mantenerlos, a pesar de las pruebas y sus propias contradicciones.

“El presidente, al mantenerlos, es tan partícipe como ellos. Y eso afecta su credibilidad, su gestión, su investidura en general”, apuntó.

EN DECLIVE. Por su parte, la socióloga Katia Gorostiaga reflexionó que el presidente tiene un discurso lleno de fisuras y una trayectoria donde se exponen escándalos de corrupción de gran envergadura cada cierto tiempo.

Considera que este es el principal problema que enfrenta Abdo Benítez. En poco más de dos años de gobierno, donde ocurrieron acusaciones de corrupción contra el otrora ministro de Hacienda, salió a la luz un acta entreguista que amenazó con el inicio de un juicio político, compras públicas de dudosa eficiencia y efectividad en plena pandemia del Covid-19, hasta un acuerdo para el pago de una deuda con PDVSA con el gobierno de Juan Guaidó.

Afirmó que teniendo en cuenta las vagas respuestas el titular del Ejecutivo –que transitan entre el desconocimiento y el mal asesoramiento– mitigando los escándalos con interpelaciones infundadas, sumadas a las constantes amenazas de juicio político, resulta muy difícil vaticinar el futuro del presidente

“Lo que se ve, la credibilidad política de Abdo Benítez está en franco declive y no parece que haya nada que logre revertir su descenso”, sentenció Gorostiaga.

Significó que lo único claro es que su falta de liderazgo, la crisis económica, la minoría legislativa (la operación cicatriz puede durar lo mismo que dura un invierno en Paraguay) junto con los numerosos escándalos de corrupción, permiten vislumbrar un futuro bastante turbulento en lo que le queda del periodo de mandato constitucional que le corresponde. Agregó que la credibilidad política de un gobernante se construye con honorabilidad, integridad, confianza y grado de conocimiento de la situación política y de la realidad social.


La frase stronista ‘a los amigos todo, a los enemigos palo’, aquí se traduce en los amigos participan de los negociados.
Carlos Peris,
sociólogo.

La credibilidad política de Abdo está en franco declive y no parece que haya nada que logre revertir su descenso.
Katia Gorostiaga,
socióloga.

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