El centro de la discusión pública en estos días es la autorización experimental del Ministerio de Obras Públicas al tránsito de camiones tipo bitrén en el trayecto de la ruta 5 que une las ciudades de Pedro Juan Caballero y Concepción. Esta autorización ha sido rechazada por los transportistas paraguayos con manifestaciones en las principales rutas del país, razón por la cual el Gobierno decidió postergar por un año su implementación. Por lo tanto, el transporte de la soja brasileña será realizado por medio de camiones convencionales en esta zafra.
Ante esta situación, es necesario que consideremos todos los impactos, tanto de corto como de largo plazo, positivos y negativos para evaluar adecuadamente los costos y beneficios de la misma y tomar una decisión que maximice los beneficios para nuestro país.
Esta autorización experimental se da en el marco de una negociación con autoridades y empresarios brasileños del estado de Mato Grosso do Sul para transportar soja producida en ese estado del Brasil hasta el Puerto de Concepción para su transporte en barcazas hacia los puertos de ultramar en el Río de la Plata.
Es la primera oportunidad en la cual efectivamente podemos aprovechar el río Paraguay, el principal de la hidrovía, como ventaja competitiva para desarrollar y exportar un servicio de logística para la producción agropecuaria del Brasil.
La distancia entre Mato Grosso do Sul y Paranaguá, principal puerto granelero del Brasil, es de 1.100 km, mientras que la distancia a Concepción es de apenas 500 km. Este estado produce 8 millones de toneladas de soja anualmente y el ahorro en costo de transporte sería del 35% a través de Concepción ya que el costo del transporte fluvial es apenas un 20% del costo de transporte terrestre por camiones. Esta es una ventaja competitiva muy importante.
Nuestro país es el centro de este sistema logístico terrestre-fluvial y debemos aprovechar la oportunidad. Exportaríamos servicios de logística al Brasil con el efecto expansivo que tendría en la demanda de otros servicios conexos y de soporte como el transporte terrestre (el 50% del transporte sería realizado por transportistas paraguayos), distribución de combustibles, hoteles, supermercados, restaurantes, etc., para todo el corredor afectado. En los próximos años podría convertirse en un centro de procesamiento de soja y otros productos agropecuarios.
Sin embargo, debemos tener en cuenta que este es un sistema logístico fluvial-terrestre. Ambos se complementan y deben ser competitivos en su conjunto frente a otros sistemas logísticos. En este sentido, los transportistas y las autoridades paraguayas deben evaluar con seriedad y responsabilidad la utilización de los camiones bitrenes en el transporte terrestre de cargas para hacer más eficiente y competitivo nuestro sistema de transporte, tanto para nuestra producción como para su exportación a otros países vecinos.
Los camiones tipo bitrén están autorizados en el Brasil desde el 2006 y en la Argentina desde el 2014. Un bitrén granelero con 9 ejes transporta alrededor de 60 toneladas de soja, el doble que los camiones convencionales, con un ahorro en combustible del 35% por tonelada transportada según estimaciones de la Asociación Argentina de Logística, menor costo y menor impacto ambiental. Además, el peso adicional se distribuye en más ejes lo que podría reducir el impacto en las rutas.
El Ministerio de Obras Públicas debería revisar el diseño de todas las rutas; agregando terceras vías en ciertos tramos, reforzando los puentes y acondicionando los puestos de pesaje para este tipo de camiones para su posterior habilitación. Los transportistas deberían incorporar los camiones bitrenes en la medida en que las actuales unidades necesiten ser renovadas.
Nuestro país es pequeño, mediterráneo y con recursos limitados. Debemos utilizar todos los recursos de que disponemos para potenciar el desarrollo de nuestra gente. La logística fluvial a través del río Paraguay es una de nuestras ventajas competitivas y deberíamos aprovecharla.