El estreno absoluto de esta tragicomedia lírica tendrá lugar el próximo 12 de octubre en la Ópera de Rennes, en el noroeste francés.
Después, a lo largo de los dos próximos años, la errancia de Venceslao y de su familia llegará a una decena de grandes coliseos franceses, en una gira que la llevará igualmente al Teatro Colón de Buenos Aires y al Municipal de Santiago de Chile,
La historia de ese gaucho, de los hijos habidos con su esposa Hortensia y con su amante Mechita, acompañados de su amigo Largui, su loro, su caballo y un mono, fue escrita en 1977 por un tercer célebre bonaerense de París, el también dibujante Raúl Damonte Botana, más conocido como Copi (1939-1987).
Su pieza “es un viaje de principio a fin, de gente del campo que va en busca de otro destino en la naturaleza, o en la ciudad. Nunca hay retorno atrás. La narración avanza, se multiplica, todo pasa ahora”, en manos de este autor crudo y exhuberante, que llenaba de vida todo lo que escribía, resalta Matalón en una entrevista con Efe.
Para Lavelli (1932), director de famosos montajes de teatro y ópera, viejo cómplice del dramaturgo, la aventura no es totalmente nueva.
En 1999, dirigió ya a sus personajes por la húmeda pampa y la inestable capital argentina de los años 50, en uno de los teatros de La Cartoucherie de Vincennes, y en 2000 en el Rond-Point de París.
Allí les descubrió el editor y director artístico Frédéric Sartor, recientemente fallecido en Las Palmas de Gran Canaria, en España, quien sugirió a Matalón (1958) crear con esa pieza de Copi su primera ópera, recordó el compositor en una entrevista con Efe.
Demasiado pronto. Al autor de obras estelares interpretadas en grandes salas y festivales de música contemporánea, y de famosas partituras para filmes mudos como “Metropolis” (1927) de Fritz Lang, o “L’Age d’or” (1931) de Buñuel, le gustaba todavía utilizar el texto de manera más abstracta.
El interés por la lírica solo llegó años después, en 2010, para hacer “un megaproyecto a partir de un ‘cuento para niños’, también muy crudo”, del dramaturgo francés Roland Dubillard, que debía estrenarse en la Ópera de Aix-en-Provence de no haber sido anulado en el último momento por su productora.
Entonces, con la idea “ya en el espíritu de querer hacer una ópera”, la agenda disponible para un trabajo consecuente y el deseo de afrontar un reto importante, tomó fuerza la idea de Sartor.
Propusieron el proyecto a Lavelli, aceptó y el Centro Francés de Promoción Lírica (CFPL) -asociación que reúne a directores de teatros de opera en activo- les dio su apoyo coproductor.
Dirigidas por Ernest Martínez Izquierdo (Barcelona 1962), las orquestas de talla mozartiana aportadas por cada establecimiento acompañarán al equipo de la ópera, integrado por cinco cantantes -con el barítono Thibaut Desplantes en el papel de Venceslao- dos actores, un mimo, un bailarín de tango y cuatro bandoneonistas.
El cuarteto “fue una sugerencia” de Labelli que le encantó, recuerda Matalón, acostumbrado a vivir “en una época de cortes presupuestarios totales”.
Rodeados de sus artistas, juntos contarán ahora la historia íntima y onírica de una familia cuyo destino fatal acontece durante el golpe militar antiperonista de 1955, en el que pierden la vida dos de sus miembros, China -hija de Hortensia- y Rogelio -su compañero y hermanastro, hijo de Mechita-.
Su periplo quedará plasmado en una decena de escenas líricas francesas, como las de Burdeos, Aviñón, Marsella, Lyon o Toulouse, así como en Santiago y Buenos Aires, ciudades donde las fechas están por fijar pero se sabe ya que se cantará en castellano, mientras que en Francia las 21 representaciones previstas serán en francés.