18 abr. 2024

La juventud en cuyas manos cada año llega la primavera de orquídeas

Jóvenes emprendedores se destacan en la producción de esta planta ornamental. Destacan la satisfacción que sienten en esta época del año.

Carlos Elbo Morales

carlos-morales@uhora.com.py

No es un trabajo como cualquier otro. Emilia Fleitas (23), José Luis González (26), Aquilina Escurra (34) y Carolina Chena (29), cuatro de las 10 personas que trabajan en el campo y viveros del Centro de Producción Proyecto Industria de la Orquídeas, ubicado en Caacupé, son recibidos por el estallido de colores de las flores que en esta época del año nacen de esas jóvenes manos emprendedoras como ocurre cada 21 de setiembre. Ellos celebran el fruto de sus trabajos.

Equipo. Más allá de la labor específica que le toca realizar a cada uno, hay una sensación unánime en todos: trabajar con las flores les llena de paz y tranquilidad.

Emilia y Juan José cursaron estudios en esta área, agronomía y tecnicatura agraria respectivamente. En cambio, Aquilina y Carolina aprendieron del oficio en el terreno de cada día.

“Yo soy la mamá de las flores”, dice con orgullo la atyreña Carolina. Cuando llegó, hace una década, empezó con las rosas y los crisantemos en el campo. “Cuando empecé con las orquídeas fue un poco difícil, pero luego ya fui aprendiendo”, se sincera Chena, quien se encarga del trasplante. “Es lo que más me gusta hacer”, dice y explica que de esa actividad viene su título de mamá de las flores.

Emilia es enfática al decir que su trabajo produce sensaciones que otros no tienen. “Lo que más me produce satisfacción es ver cómo nacen lindas las flores, porque salen así de nuestras manos gracias a los cuidados y las atenciones que les damos”, dice convencida. Explica además que algunas especies son más delicadas que otras. Su alegría se refleja en esta época, no solo por ver el fruto de su trabajo si no porque alegra a otras personas. También porque hay mejores ventas, ya que en su localidad, Cabañas, es conocida por la producción floral.

José Luis, que llegó hasta el Centro a través de un profesor suyo hace nueve años, revela que aunque le costó al principio, fue aprendiendo los secretos del oficio de florista. Para Aquilina, las orquídeas son unas hijas que cuida con cariño y dedicación día a día. Ellas no solamente le recuerdan lo gratificante de su labor diaria. También le rememoran la llegada de su hijo Héctor, que hoy cumple ocho años.