“Los jugadores son los artífices de este logro; son los que propiciaron que toda esta masa esté así. Cerro es pasión y estos jugadores le devolvieron la alegría a esta gente. Felicito a todos mis futbolistas”, apuntó entre lágrimas el DT.
“Estábamos muy tensos; la presión era enorme; no podíamos marcar el primer gol; los goles no se merecen y nosotros en el primer tiempo generamos muchas ocasiones y no pudimos embocar”, reflexionó. “Se lo dedico primero a Dios; soy muy creyente, agradezco a la familia. Dedico a Juan José Zapag y Blas Reguera, joven directivo que siempre confió en mí”, dijo.