Desde que arrancó la campaña electoral, el candidato y su dupla Leo Rubin (Frente Guasu) apelan a un estilo peculiar y desprendiéndose de todo formalismo se inmiscuyen en cada una de las tareas de los sectores a los que visitan y conversan con la gente para conocer el día a día de la población.
Los asesores del presidenciable apuntan a que Alegre consiga la mayor cantidad de votos independientes (entre 500.000 a 700.000), dado que dentro del PLRA, con un padrón de 1.300.000 votantes, prácticamente tiene asegurado el voto duro ya que, tras vencer en las internas, tiene abrolequedo a todos los sectores internos de su partido que se fueron adhiriendo a la dupla, al igual que los demás partidos y movimientos opositores.
Desde que el pasado domingo la dupla inició la campaña con una maratón, que representa una corrida simbólica en dirección al Palacio de López, Alegre empezó a trazar su ruta con varios recorridos en los que se lo vio en la faceta de horticultor, picapedrero, deportista y empezó a visitar puntos críticos.
Dentro de este recorrido, incluyó visitas a la Terminal de Ómnibus donde conversó con la gente; fue a la zona de obras del Metrobús donde recibió los reclamos de los afectados por las obras y terminó subiendo a los colectivos para cumplir con su eslogan de estar cerca de la gente.
Sus oponentes califican de actos populistas los impulsados por Alegre y su dupla pero los que trabajan en su campaña afirman que detrás hay un objetivo: llegar a la mayor cantidad de ciudadanos muchos de los cuales no tienen partidos políticos.
Es precisamente por eso que la estrategia de Alegre es acudir a los distintos sectores a escuchar y no llevar propuestas concretas, salvo las que los propios afectados planteen como solución.
El presidenciable liberal inició su campaña escuchando a productores, a sectores urbanos, gremiales y, si bien también se espera que acudirá a los sectores empresariales, la faceta por la que transcurre la primera etapa de su campaña es la que de alguna manera impone también su aliado, el Frente Guasu, que tiene en los sectores más vulnerables su mayor cantidad de adeptos.
Sin agravios. La tarea que un grupo de asesores extranjeros –de Colombia y Venezuela que estaría trabajando en el diseño de la campaña– encomendó es que Alegre desarrolle una campaña sin agresiones, ni darle mucha importancia a su rival, el presidenciable Mario Abdo Benítez. Muchos piensan que en el 2013, cuando perdió Efraín contra el presidente Horacio Cartes, el presidenciable liberal dedicó más tiempo a criticar el perfil de su rival.
Además, los aliancistas creen que los propios colorados cavan su propia tumba al dejar que el mismo Cartes siga encabezando la campaña, actuando como patrón y amenazando a los colorados.
Alegre, hasta ahora, no aparece con su tradicional rival interno, el senador Blas Llano.