Son las 2.00 AM y doña Francisca Núñez ya está de pie, para enfrentar otra larga jornada laboral. La mujer, de 73 años de edad, trabaja en el Mercado Central de Abasto hace más de tres décadas. Ella representa uno de los tantos ejemplos de perseverancia que guarda el gran centro municipal que hoy festeja, con sus luces y sombras, 36 años de apertura oficial
Hace 20 años atrás lo había perdido todo en aquel incendio del Bloque C; sin embargo, logró superarlo tras acceder a préstamos y extendiendo el horario de trabajo, pues debía alimentar a 10 hijos. El domingo pasado, la nefasta historia volvió a repetirse, pero la mujer considera que una vez más logrará vencer al infortunio.
“Mis hijos siempre me dicen que debo dejar ya de trabajar, por mi edad, pero si yo dejo de venir, ahí sí me voy a enfermar. Acá está mi vida. Es la segunda vez que me toca perder todo en el incendio del Bloque C, pero estoy segura de que volveré a reponerme”, comenta mientras atiende a su fiel clientela.
Doña Francisca viaja todos los días desde Luque hasta Asunción para ofrecer productos frescos. Actualmente se encuentra bajo el toldo provisorio. Es una de los 350 afectados por el siniestro en la zona donde hasta ayer había una constante humareda.
La comerciante se dedica a la venta de hortalizas, rubro mediante el cual sacó adelante a sus hijos, varios de ellos profesionales y otros también son permisionarios en el Abasto, por lo que la acompañan desde muy cerca. La señora deja escapar algunas lágrimas cuando recuerda a uno de sus hijos, quien luego de un accidente quedó con secuelas y depende exclusivamente de ella. Pero luego se repone al ver que hasta su nieto, ya mayor, hoy la ayuda en el trabajo.
Al igual que su caso existen otros emblemáticos trabajadores que llegaron cuando el mercado era solo un pequeño salón. Los trabajadores señalan que varias obras son de la época y actualmente ya están deterioradas. Desde la infraestructura edilicia hasta el adoquinado.
El mercado lleva 41 años funcionando, pero la apertura oficial fue un 10 de octubre de 1981, según los comerciantes.
FESTEJO. Como todos los años, los trabajadores del Abasto preparan una gran comilona y actividades religiosas por el aniversario del lugar. Las actividades se llevarán a cabo en la capilla Virgen del Rosario, que es la santa patrona de los vendedores del mercado.
El evento inicia a las 8.00 con una celebración eucarística. A las 9.00 se realizará una procesión en honor a la Virgen, por el predio del mercado.
Para las 10.00 está marcado un festival artístico y, posteriormente, a las 11.30, el refrigerio gratuito para todos los concurrentes.
A pesar del reciente incendio que generó importantes pérdidas materiales, los comerciantes no dejarán de pasar en vano este día importante. Desde meses atrás ya realizaron las colaboraciones para el Karu Guasu.
Buscan renacer como el ave fénix
Un motivador cartel fue instalado en lo que será la relocalización de uno de los puestos afectados por el incendio en el Mercado Central de Abasto. Propietarios de la fiambrería Encina decidieron realizar un creativo afiche, como una manera de incentivar a sus propios empleados a no decaer a pesar de lo sucedido, haciendo una comparación con la fábula del ave fénix. El pájaro que renació de entre las cenizas con un plumaje aún más espléndido. Las casillas de fiambrerías para dicho rubro, a ser instaladas frente al Bloque B, hasta ayer seguían siendo construidas. Tras el incendio de gran magnitud, ocurrido en el Bloque C, del Abasto, cerca de 350 permisionarios fueron afectados. La mayoría de los comerciantes perdieron desde mercaderías, mobiliarios y hasta el dinero que guardaban.
Sistemas eléctricos y puestos saturados
Tendidos eléctricos saturados, motores de cámaras refrigerantes en medio de precarias infraestructuras y transformadores instalados sobre el techo de casillas. Este aspecto se puede apreciar en algunas zonas, como por ejemplo bloque A y E del Mercado Central del Abasto. El hecho preocupa a varios de los comerciantes ya que en el lugar existe un temor masivo a otro gran incendio, como el ocurrido el pasado fin de semana.
“El Mercado de Abasto es para 600 permisionarios y nosotros tenemos 1.850 en sistema, luego están los vendedores ambulantes y empleados. La realidad en el Abasto es que hay una superpoblación. La aglomeración de gente genera un peligro en todos los sentidos”, declaró el director del Abasto, Victor Otilio Sánchez.
En cuanto a la saturación del cableado, justificó que el cambio de los tendidos eléctricos genera un alto presupuesto. Hace 10 años la Municipalidad había reconocido el estado de precariedad y caducidad de todo el sistema eléctrico en el Abasto. En aquel entonces, la jefa de la Comuna, Evanhy de Gallegos, había ordenado que se regularice todo el sistema. Actualmente en la mayoría de los sectores el aspecto deteriorado sigue siendo el mismo.
En el caso de los permisionarios del Bloque B, la preocupación es la relocalización de fiambrerías frente a sus puestos, dejando como espacio un pequeño pasillo, además de la instalación de un transformador cerca de varios puestos.
Antecedente. Hace 10 años la comuna reconoció la caducidad del cableado y el peligro de incendio que podía ocurrir.