26 jul. 2025

Cartes prometió entregar mando, pero ahora pelea por continuar en el poder

Siendo candidato presidencial, en un libro publicado en el 2011, aseguró que no haría concesiones graciosas y que era consciente de que debía irse. Con sus acciones, hoy demuestra todo lo contrario.

El actual presidente de la República, Horacio Cartes, lejos se muestra de las promesas que plasmó en un libro titulado Las razones de mi coloradismo, siendo candidato en el año 2011.

Había asegurado que no habría concesiones graciosas y que su movimiento (Honor Colorado) no nació para satisfacer aspiraciones pasajeras ni ambiciones grupales.

Sobre el punto, este diario se hizo eco de los casos en que el entorno más cercano del mandatario se beneficia con cuestionadas licitaciones.

De acuerdo con documentos entregados por el Ministerio de Obras Públicas, Royal Seguros SA, compañía en la que tiene acciones Juan Carlos López Moreira, jefe de Gabinete y secretario general de la Presidencia, facturó unos G. 7.618 millones por asegurar unas 36 obras estatales, 4 contratos de consultoría y otras 6 adquisiciones que realizó el MOPC. Royal emitió 146 pólizas a favor de 39 empresas contratistas, por más de G. 1 billón.

Aqua Group SA, empresa de la que era accionista Francisco Barriocanal, otro de los asesores de Cartes, triplicó su facturación al Estado desde que asumió el empresario como presidente. Desde el 2010 a julio de 2013, facturó en contratos con el Estado unos G. 2.000 millones. Desde agosto del 2013 hasta que vendió sus acciones en la compañía en 2015, había facturado unos G. 6.000 millones. El ministro de Obras, que es primo de Barriocanal, lo contrató en dos oportunidades.

Otra promesa. Entre sus promesas, Cartes también había asegurado que estaba consciente de que debía entregar el poder, si era posible a otro colorado; y sin embargo, él mismo ahora se encargó de crear una fuerte crispación en su búsqueda por mantenerse en el poder buscando la reelección vía enmienda.

“Pero soy, al mismo tiempo, consciente de que al asumir un cargo hay que mirar el otro polo: el momento de retirarse”, suscribió.

“Es mi más íntima aspiración, cuando llegue ese tiempo, entregar el poder a otro colorado, y que en ese momento pueda poner mano a la visera y decir con todos los patriotas de sentimiento y de acción: “Paraguay, misión cumplida”, señala el escrito.

Además sostenía que el Estado no es un botín de guerra. “Muchos luchan para alcanzar el poder, pero una vez en los cargos se creen con derecho a apropiarse del dinero público. Parecieran decir: ‘Bueno, ahora es mi turno de robar’”, indica en otra parte del texto.

“No me afilié al Partido (Colorado) para hacerme rico. Ya tengo todo y de todo”, presumía el mandatario.

“Mi hija menor, María Sol, de 13 años, me escribió una cartita en la que me hizo prometer que, si llegaba a convertirme en presidente de la República, tenía que ser mejor que todos mis antecesores”, se jactaba. Incluso sugería la necesidad de “cambiar esa realidad de pobreza en bienestar, la exclusión en cohesión social, el desempleo en fuentes de trabajo, el analfabetismo en educación para todos, con calidad y equidad”.

Proponía “cambiar esa imagen patética que hoy ofrecen en los hospitales y centros de salud”. Esta situación, sin embargo, no ha cambiado.

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