El atacante salió airoso de la desvinculación masiva de jugadores que realizó la directiva al final del torneo Apertura.
“Mucho esperé este momento. Ser titular en un club como Luqueño no es fácil y gracias a Dios estoy aprovechando mi oportunidad”, dijo a ÚH.
“Cuando llegó (Javier) Sanguinetti, cerca del final del torneo pasado, habló con nosotros y dijo que nos evaluaría. Me propuse hacer lo mejor para seguir, tuve buenas actuaciones en las últimas fechas y en la pretemporada me esforcé al máximo. En los amistosos pude marcar varios goles y eso sirvió para que el entrenador me tuviera en cuenta. Esos goles dieron sus frutos”, contó.
Durante los partidos, Arévalos suele salir del aérea y cumple otras funciones. “El profe me pide que baje a taponar a los volantes del equipo rival. Luego, cuando tengo la pelota, no tengo problemas para generar juego”, concluyó el auriazul, que recordó que en sus inicios en Trinidense (2006) había jugado como volante izquierdo y enganche.