Un producto innovador no garantiza acceso a créditos

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Conseguir financiamiento para concretar una gran idea en Paraguay, por lo general, no resulta muy fácil, por más de que se trate de un producto innovador, elaborado a base de un símbolo bien autóctono: la mandioca, amigable con el medio ambiente y multipremiado, como es el caso de los vasos, bandejas y pajitas descartables fabricados mediante la pasta preparada con el almidón extraído de este tubérculo tan característico de la agricultura familiar. Ninguna de estas cualidades pudo garantizar al emprendedor Jorge Leal a que algún banco o institución financiera paraguaya se arriesgue a financiarle el montaje de su propia fábrica.

Leal fundó su empresa Dialexport en 2017, pero hasta ahora no pudo montar una industria en el país para la fabricación de sus productos elaborados en base a la pasta de mandioca. “Hasta ahora solo me endeudé con créditos y préstamos para que este proyecto pueda crecer. Los bancos y financieras no apoyan las ideas, solo dan créditos cuando ya tenés un flujo de caja importante y lo puedas respaldar con propiedades o algo así”, expresa con cierta decepción el joven emprendedor. Asegura que no existen inversores de riesgo en el país, por lo que para poder fabricar sus productos, se vio obligado a reducir sus gastos para solventar un alquiler. Y después de tantos reconocimientos y premios, aun no encuentra inversores o bancos que le respalden.

SUS INICIOS. “Comencé hace cuatro años estudiando los beneficios de la mandioca. Se me ocurrió la idea al observar a un campesino durante el proceso de extracción del tubérculo de la tierra. En ese momento caí en la cuenta de lo difícil que era y de lo poco que se pagaba por tanto sacrificio. Fue así que concluí que debía darle un valor agregado a la mandioca y comencé a fabricar harinas para elaborar pastas, galletitas, pan y otros productos”, comenta Leal.

Relata que ese primer experimento le llevó a ganar el Premio GEN Paraguay, mediante el cual asistió al Congreso Mundial de Emprendedores, realizado en África, representando al país, y que se constituyó en el punto de partida para seguir innovando a partir de la mandioca.

“Lo que hago acá es crear una celulosa, un biopolímero del almidón. Mediante este proceso, le doy la forma que quiero al producto, ya sean vasos u otros moldes. Por el momento, el costo es un 20% más alto que el plástico, pero a medida en que aumente la demanda, los costos irán disminuyendo”, asegura.

Leal lleva el almidón a Chile, su país de origen, en donde realiza el proceso final de la fabricación de los elementos descartables, porque no le resulta rentable elaborar sus productos a nivel local por el tamaño reducido del mercado.

Explica que una maquinaria puede llegar a producir 280.000 unidades por día y en Paraguay esta cantidad puede resultar el consumo total de una empresa en un año. “A pesar de la limitación de fabricar en el país, nuestros productos están totalmente industrializados y cumplen con las exigencias para frío y caliente. Actualmente, estoy promocionando mi producción y conversando con algunas empresas, pero no tengo ningún negocio cerrado. Esperemos que este panorama mejore”, afirma con la esperanza de que su emprendimiento finalmente logre despegar.

MERCADO RETICENTE. A pesar de lo innovador que puede resultar un producto realizado a base de mandioca, biodegradable en 48 horas y amigable con el medio ambiente, conseguir la comercialización del mismo no resulta tarea fácil porque la empresas se niegan a pagar un 20% más que por las bandejas, vasos y pajitas fabricadas a base de plástico. “Las empresas quieren hacer el cambio a productos biodegradables, pero aún no están dispuestas a pagar un poquito más en beneficio del medioambiente, aunque creo que los consumidores sí están dispuestos a pagar un poco más”, expresa.

En contrapartida, Leal comenta que sus productos tuvieron muy buena aceptación y desde el momento en que ganó el Premio a la Innovación, de la Unión Industrial Paraguaya (UIP), logró que muchos se interesasen en ellos. “Aunque cuando les decía que eran a base de mandioca, algunos masticaban los platos para comprobar si tenían el mismo sabor”, ríe al comentar la anécdota.

Leal aspira ahora a poder fabricar sus productos en Paraguay, con lo que otorgaría mano de obra directa a unas 50 personas, aunque por el momento solo trabaja con tres colaboradores en el país. Actualmente, se encuentra en conversaciones para exportar al Reino Unido, Estados Unidos, Bolivia y Johannesburgo. “Creo que en un futuro no muy lejano llegaré a esos países”, señala confiado. Mediante la pasta de mandioca produce 280.000 vasos de 6 a 32 onzas de tamaño por día, que son las medidas más utilizadas, y 10.000 pajitas biodegradables.

GALARDONES. En la categoría de innovación, la idea recibió premios de Conacyt, de GEN, y de la UIP, pero también se destacó entre las 10 iniciativas más importantes de las Américas (España), en el Congreso Mundial de emprendedores (África) y estuvo como finalista Investor +100 Cervepar, además figura entre Pymes destacadas 2019 (Paraguay) y Tic’s Américas (República Dominicana).


HISTORIAS DE EMPRENDEDORES

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