Seguridad jurídica

Gloria Ayala Person, presidente de la ADEC.

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La incertidumbre forma parte de la naturaleza de los negocios, los empresarios gestionamos situaciones y arbitramos soluciones acordes a un plan estratégico y operativo, que constantemente debe ir siendo evaluado y adaptado a las nuevas condiciones propias, del entorno y del mercado.

Nuestro país tiene muchas condiciones para atraer inversiones, como ser la baja carga tributaria, población joven y ávida de capacitación, ausencia de conflictos bélicos, étnicos o religiosos, estabilidad macroeconómica, responsabilidad en el manejo de la política monetaria, no sufrimos catástrofes naturales, entre otras muchas ventajas.

Sin embargo, los indicadores de captación de inversiones nos demuestran claramente que Paraguay no es un destino atractivo para abrir empresas, ampliar industrias o radicar capitales de inversión. Teniendo tantas ventajas, ¿qué ahuyenta a los inversionistas?

Probablemente sean varios los inconvenientes que se presentan, pero dos son decisivos: inseguridad jurídica y alta percepción de corrupción e impunidad.

Ante estas amenazas, la lista de incentivos resulta insuficiente, pues para invertir en Paraguay se deben sortear tantos factores relacionados a la burocracia y a la corrupción que muchas veces resulta un despropósito siquiera intentarlo. Aun así, algunos valientes se convierten en empresarios en nuestro país, desarrollando de manera formal sus negocios en un ambiente de alta incertidumbre, agravada actualmente por la pandemia.

Transparencia Internacional publica anualmente el Índice de Percepción de Corrupción entre 176 países, Paraguay obtiene año tras año un escalafón destinado a aquellos países en donde reina la corrupción como forma de vida institucional. Paraguay ha quedado situado entre los parámetros que caracterizan a los países en donde impera el caos político, económico o la violencia, pues se encuentra no muy lejos de Corea del Norte, Somalia, Afganistán, Haití y Venezuela, que son los peores en el Índice de Percepción de la Corrupción.

Entonces, para realizar inversiones en Paraguay, no se precisa solo de la audacia propia de la incertidumbre de los negocios, sino se corre el peligro de falta de reglas claras y respeto al derecho. Los empresarios que deciden invertir en el país, generando riqueza formalmente, asumiendo la responsabilidad social de crear fuentes genuinas de empleos dignos, deberían ser aplaudidos por su coraje y apoyados por la gran contribución que hacen a la calidad de vida de las familias paraguayas.

Por lo tanto, las empresas realizan inversiones importantes basadas en el derecho, pero temiendo a la impunidad, siendo que en cualquier momento políticos de turno oportunistas e inescrupulosos, movidos por intereses populistas, atentan contra todo lo construido. La inseguridad jurídica y la impunidad son los peores males de la economía y de la sociedad paraguaya.

La seguridad jurídica es la base para la reactivación económica y captar inversiones. No podemos pretender desarrollo ni generación de riquezas sin contar con la certeza del derecho, la seguridad de que se conoce lo prohibido, ordenado y permitido por el poder público. Estamos comprometidos con el desarrollo del Paraguay, solo requerimos marco de respeto.

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