Y queda patente a todos el presente-futuro que este gobierno no democrático nos está preparando.
Se nos está imponiendo un proyecto de saqueo nacional.
Lo que siempre ha sido nuestra mayor riqueza, la tierra, ya no está en manos de nuestros campesinos e indígenas, sus dueños son los mercaderes del agronegocio, ganaderos y sojeros, en buena parte extranjeros.
Se nos está imponiendo, en segundo lugar, un proyecto de debilitamiento de nuestro pueblo.
En Paraguay se debilita a todos los que se oponen al poder constituido. Y el método es el temor y miedo.
En la dictadura se hacía con la detención, tortura, desaparición o exilio, a capricho del dictador. Como antes decía sin posibilidad del hábeas corpus para conocer el paradero de los desaparecidos o la libertad a que tenían derecho.
En estos 20 años, llamados de transición, el debilitamiento de la sociedad civil se realiza por la Justicia que tenemos.
El primer golpe es la imputación. Se supone que alguien está haciendo daño o lo hizo o lo hará y surgen las prohibiciones de manifestarse o acercarse a tales lugares o de tener que presentarse semanalmente ante las comisarias para una firma. En caso contrario, ya es reo y viene el segundo paso.
De ahí se va directamente a Tacumbú o a Emboscada para un juicio que dura años y que terminará con una sentencia, que lo inutilizará por casi toda su vida.
Repetimos: la negación del hábeas corpus para los campesinos detenidos Néstor Castro, Luis Olmedo y Arnaldo Quintana nos hace entrar en dictadura.