Seguidilla de robos de autorradios, a cuadras del Palacio de Gobierno

A escasos metros del Palacio de Gobierno, a una cuadra de la Vicepresidencia de la República y a dos del Congreso Nacional, últimamente se vienen registrando varios robos perpetrados a vehículos que se encuentran estacionados. Los golpes se realizan en su mayoría en horas de la noche y la madrugada.

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Desmantelación. El vehículo repartidor del personal quedó con el tablero desmantelado.

Lo llamativo es que los robos se dan de manera frecuente, pese a que en la zona se encuentren estas oficinas del Estado, que cuentan con una gran cantidad de personal policial custodiando el sitio.

Todas las víctimas con quienes pudimos contactar coincidieron en que los delincuentes se llevaron sus autorradios, además de otros objetos que se encontraban en el interior de sus vehículos.

También se llevaron documentos personales y del rodado, lo que genera un gasto importante para los afectados, ya que se necesita tramitar nuevamente todos los papeles, lo que implica tiempo y cierta suma de dinero.

en dos oportunidades. Jorge Arias, periodista de Última Hora, mencionó que en dos ocasiones sufrió el robo de sus pertenencias que estaban dentro de su automóvil. En la primera oportunidad, los ladrones se llevaron su autorradio y para poder sacar el aparato, tuvieron que desmantelar parte del tablero. Su auto estaba estacionado sobre O’Leary casi El Paraguayo Independiente. En la segunda ocasión, los malvivientes ingresaron al interior del auto, y luego de rebuscar todo el interior, abandonaron sin llevar nada, debido a que no encontraron objetos de valor. Igualmente, ocasionaron cuantiosos y costosos daños a la víctima, ya que violentaron el tambor de la llave para el desbloqueo de la puerta.

Otra noche, los delincuentes se alzaron con el autorradio del vehículo repartidor de personal de ÚH, que estaba estacionado sobre las calles O’Leary casi Benjamín Constant.

En otra ocasión, el objetivo de los malvivientes fue la furgoneta particular del empleado de este diario, César Quintana, que funciona también como copetín. Los delincuentes (un joven y una chica) ya habían preparado todas las mercaderías en bolsas para llevar; y mientras que el hombre fue a buscar la manera de cargar el botín, la mujer quedó en el interior del vehículo al resguardo, pero quedó dormida, hasta que fue sorprendida por el propietario y viceversa.

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