Las avenidas y calles adyacentes a refugios de familias damnificadas habilitados en diferentes puntos de Asunción presentan un progresivo deterioro a raíz de efluentes cloacales y agua potable que filtran desde canillas o baños improvisados.
Además del nauseabundo olor que se genera en esos lugares, la capa asfáltica se va minando de baches de distintos tamaños y profundidad, causando inconvenientes al paso vehicular.
El ex director de Vialidad de la Comuna capitalina, ingeniero Jorge Samaniego, indicó que durante cada inundación se enfrentan a este problema, donde las constantes tareas de recapado realizadas en los puntos donde el agua causa estragos al asfaltado caen en saco roto, ya que al poco tiempo todo está lleno de agujeros nuevamente.
Citó como puntos críticos Artigas en su cruces con Venezuela, Brasilia y Pastor Ibáñez; 21 y Teniente Villalón, Cantalupi, la salida de la Costanera Norte, entre otros.
“Las aguas son muy agresivas con el pavimento y lo destruyen aceleradamente. Desconozco cuál es la política para instalar refugios de damnificados y ojalá alguna vez se encuentre una solución definitiva para esa gente. Pero mientras debemos intervenir porque no podemos dejar que miles de conductores caigan a los baches y sufran accidentes o destruyan sus vehículos, aún cuando se sabe de antemano que todo se romperá al poco tiempo”, insistió.
DESAGÜE. Por otra parte, el ingeniero Jorge Samaniego explicó que otro caso se tiene sobre Aviadores del Chaco, cuadras antes del viaducto que lleva a Luque, donde un canal pluvial está totalmente colapsado por efluentes cloacales que los frentistas arrojan a pesar de contar con el sistema de alcantarillado sanitario.
“Se hizo el sistema de desagüe cloacal, pero igual la gente no se conecta. Nosotros hacemos la limpieza de ese canal, pero todo se colapsa al poco tiempo y destruye la avenida. La Comuna capitalina y la Essap deberían empezar a multar a estas personas porque hay una ley que les exige conectarse al alcantarillado”, expresó finalmente.