Primera infancia descuidada, factor clave en el bajo nivel de aprendizaje

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Yan Speranza director de la Fundación Moisés Bertoni 20-02-2015 rodrigo villamayor

“Escolarización no es lo mismo que aprendizaje”. Con esa frase arranca el informe Aprender para hacer realidad la promesa de la educación, elaborado por el Banco Mundial el año pasado. Este estudio, realizado a nivel global, arroja elementos sobre cuáles son los factores más importantes asociados al bajo nivel de aprendizaje de millones de niños y niñas en las escuelas, en particular, de los países de menor desarrollo.

Yan Speranza, miembro del consejo directivo de Juntos por la Educación, identifica cuatro factores que destaca el citado informe: falta de estimulación temprana en la primera infancia, vinculada a la situación de pobreza; docentes con precaria formación y capacitación; escasos insumos para la enseñanza-aprendizaje en las escuelas, y la incapacidad de gestión de los directores de las instituciones.

A su entender, esos datos se pueden extrapolar al contexto nacional, a la luz de los magros resultados que reveló la prueba censal del Sistema Nacional de Evaluación del Proceso Educativo (Snepe) 2015.

“En Paraguay, la pobreza les afecta a casi el 40% de los menores de cinco años”, señala Speranza al dar cuenta de la complicada situación de la primera infancia en el país.

“Ese es un factor clave que ni siquiera está en manos del Ministerio de Educación y Ciencias (MEC), sino que está en la sociedad: pobreza, salud, familia, estimulación temprana, etc.”, enumera.

Para el consultor, una vez que el MEC revele cuáles son los factores locales asociados al bajo rendimiento escolar se podrán delinear estrategias para revertir la alarmante situación de la educación en el país.

Resalta que los sistemas de ingreso a la carrera docente son poco exigentes. “No hemos todavía reformado radicalmente los institutos de formación docente; ahí hay que aumentar la vara de calidad”, sostiene al indicar que se buscó aumentar la cobertura educativa –en los 90–, lo que derivó en la pérdida de calidad. “Esta es sin duda la gran tarea hoy, centrarnos mucho más en la calidad que en términos de resultados concretos en educación se refiere; a que nuestros chicos aprendan lo que se supone deben aprender para cada ciclo escolar”, refiere.

El Snepe 2015 demostró “formalmente la terrible situación en la que estamos”, dice. Resta contraponer con el Snepe 2018, equiparando cohortes, “de manera a saber si vamos mejorando o no”, concluye.

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