“Policías conviven con la violencia y eso es una espiral que se expande”

Desde el Ministerio de la Mujer aseguran que nadie está exento de ejercer violencia o ser víctima, y más a los que están bajo presión y portan armas. Resaltan la importancia de realizar terapias.

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De terror. La masacre en Capiatá dejó cinco muertos.

La semana pasada, el policía Lorenzo Vargas fue condenador a 30 años por asesinar a su pareja en J. Augusto Saldívar, en el 2017. En la misma fecha la Fiscalía procesó a otro oficial por la muerte de su pareja Alicia Fernández (36), en Itapúa. La directora del Observatorio de la Mujer, Raquel Iglesias, analizó que los policías necesitan más contención, “porque ellos conviven con la violencia y eso es una espiral que se expande”.

En materia de violencia intrafamiliar, agentes policiales y militares están en el ojo de la tormenta, ya que varios protagonizaron asesinatos y agresiones en los últimos meses.

“Un tema universal, de largo tiempo, es que no solo están las víctimas y el agresor, sino también el que recibe la denuncia, eso es lo que muchas veces uno se olvida”, explicó la directora del Ministerio de la Mujer.

Según analizó, los que reciben la denuncia son personas que pudieron haber recibido violencia o viven con eso. “Ellos también deben ser confrontados, ellos miran la violencia todos los días, ya sea asaltos, crímenes, intentos de homicidio, entonces, obviamente eso se proyecta si no hacen una terapia. A veces la forma en que uno reacciona al estrés es con violencia”.

Fomentar la contención, apoyo emocional y habilidades con personas que trabajan con la violencia es uno de los puntos que planteó.

APLICABLE. Mencionó como claro ejemplo para nuestro país lo que innovó la ex presidenta costarricense, Laura Chinchilla, al asumir su Gobierno en el 2010, fortaleciendo a su equipo de seguridad. “Primero trabajó con sus policías, asumiendo que ellos también tenían vida de violencia en sus hogares”, dijo.

AÑO NEGRO. Más que otros años, en el 2020 el índice de violencia por parte de hombres que portan uniformes se elevó. A inicios de julio despertábamos con la noticia de que en Capiatá el policía Isidro Casco (31) habría matado a cinco familiares, incluidos sus dos hijos de 1 y 2 años.

También a finales de agosto un militar supuestamente asesinó a su novia de 16 años y luego intentó suicidarse.

Ambos agresores estaban trabajando regularmente para sus instituciones.

DISPARADORES. La fiscala María Segovia, de la Unidad Contra la Violencia se refirió de forma general sobre la violencia, y explicó que hay disparadores que influyen, como el alcohol, las drogas lícitas (en exageración), las ilícitas, como el crak y la cocaína.

“Hay factores que se repiten, como discusiones, violencias y denuncias”, dijo. Incluso, muchos casos presencian los hijos y ellos auxilian, mencionó.


100 policías ya tenían denuncias
La Policía Nacional hace unos meses había reconocido que están sobrepasados para dar control de ira y otro tipo de contención a oficiales, suboficiales y funcionarios de la entidad estatal, por lo que la salud mental todavía está bajo lupa.
Según habían confirmado, las evaluaciones se realizan a oficiales en la admisión, al ingresar a cursos o para ascender. Otras fechas, no.
Luego de la masacre ocurrida en Capiatá, el comisario Jorge Coronel, encargado de Talento Humano, dijo que se decidió aumentar el número de profesionales para el apoyo sicológico.
En julio, alrededor de 100 policías contaban con denuncias por violencia.
La directora Raquel Iglesias resaltó que con los últimos casos saltan dudas, como cuál sería la cantidad de terapia metal que reciben y si se les enseña sobre violencia doméstica y de género.

28
casos de feminicidio se reportaron de enero hasta la fecha, según Mujer, incluyendo a las menores y adultas.

25
sicólogos tiene la Policía Nacional para monitorear la salud mental de los 25.000 uniformados activos.


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