Oportunidades en la lucha contra el contrabando de cigarrillos

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Rodolfo Tamanaha*

Una noticia auspiciosa fue anunciada por el ministro de Justicia de Brasil, Sergio Moro, a principios de este año: la creación de un grupo de trabajo que evaluará la conveniencia y oportunidad de la reducción de los impuestos a los cigarrillos fabricados en Brasil como medida para hacer frente al enorme crecimiento del contrabando de este producto en el país.

La medida ataca uno de los principales problemas que enfrenta el país en la lucha contra este delito: la enorme disparidad de los impuestos que gravan este producto en Brasil y Paraguay, principal país productor de cigarrillos que se contrabandean a tierras verdes y amarillas.

Paraguay –que solo carga el 18% de impuestos sobre los cigarrillos, contra hasta un 90% de lo practicado en Brasil–, recientemente, comenzó a dar indicios de que también pretende cambiar esta realidad al ratificar, a principios de 2019, el Protocolo para la Eliminación del Comercio Ilícito de Productos de Tabaco (ITP en su sigla en inglés). El documento, que entró en vigor en junio de 2018, es el primer instrumento de la OMS destinado a la lucha contra este delito. Y con la toma de posesión de Mario Abdo Benítez en 2018, que se comprometió a combatir el contrabando en la región, una ventana de oportunidad se abre para que Brasil y Paraguay puedan trabajar juntos.

Con una producción de 62.000 millones de cigarrillos en 2017 y un consumo interno y exportaciones de solo 3,6 mil millones, Paraguay fabrica una cantidad similar a la de Brasil, que tiene una población de casi 30 veces más. Históricamente, el país se resistía a implementar medidas para el sector de tabaco, lo que fomentó el contrabando en la región, dominado por organizaciones criminales.

En Brasil, el 54% de los cigarrillos consumidos son de contrabando de Paraguay. Es decir: más de la mitad del mercado doméstico no sigue las regulaciones impuestas para la fabricación y venta del producto. Aumentar los impuestos en Brasil es cargar solamente el 46% del mercado y favorecer el avance del contrabando. Por ello, es necesario ecualizar la regulación del sector en ambos lados de la frontera.

El ITP dispone, entre otras medidas, el establecimiento de un régimen global de rastreo que permita acompañar los productos del tabaco desde el punto de producción hasta el punto de venta. Sin embargo, para garantizar su eficacia, es necesario establecer medidas entre los países que aseguren el intercambio de información, la asistencia legal y administrativa mutua y el establecimiento de una política que garantice incluso la extradición de la gente involucrada en este delito.

Para que la lucha contra el contrabando en el Cono Sur pueda tener resultados positivos, es fundamental contar con medidas como las anunciadas por el Ministerio de Justicia de Brasil, así como la adopción del ITP por todos los países de la región. Este es un tema complejo, que implica inteligencia, acciones en las fronteras, represión al crimen organizado, medidas tributarias y diplomacia. Brasil y Paraguay parecen estar, finalmente, ¡en el camino justo!

*Rodolfo Tamanaha es abogado y profesor. Fue director de Derechos Intelectuales del Ministerio de Cultura y secretario ejecutivo del Consejo Nacional de Lucha contra la Piratería del Ministerio de Justicia de Brasil.

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