EFE
El mandatario, que abandonará el poder el 20 de enero, expresó su visión sobre el sistema de justicia criminal del país y defendió la reforma que ha tratado de impulsar, sin éxito, en un artículo académico de 56 páginas, publicado hoy en la prestigiosa revista de derecho de la Universidad de Harvard.
En su artículo, Obama recuerda los tiempos en los que trabajó como líder comunitario en Chicago y pudo ver de primera mano cómo el sistema penal actual “exacerba la desigualdad” al atrapar en un “ciclo interminable de marginación y castigo” a los jóvenes, especialmente los miembros de las minorías negra e hispana.
Obama insiste en la necesidad “urgente” de reformar el sistema penal y argumenta que todos los que tienen el privilegio de ocupar una posición de poder en el Ejecutivo, incluido el presidente, “tienen la obligación de usar su influencia para mejorar la justicia y la eficacia del sistema judicial en todas sus fases”.
“La forma en la que tratamos a los ciudadanos que cometen errores, pagan su deuda con la sociedad y merecen una segunda oportunidad refleja quiénes somos como pueblo y revela mucho sobre nuestro carácter y nuestro compromiso con los principios fundacionales de nuestro país”, afirmó Obama.
En el documento, el mandatario saliente ofrece una visión general sobre los desafíos del sistema penal actual y asegura que el país “no puede permitirse” gastar 80.000 millones de dólares al año en cárceles.
Para Obama, Estados Unidos tampoco puede permitirse “ignorar la humanidad” de los 2,2 millones de personas encarceladas y no debe consentir que cada año sean liberados 600.000 presos sin ningún programa que ayude a su reinserción y que les permita obtener un trabajo o salir del ambiente que les llevó a delinquir.
El presidente describe en su documento la reforma del sistema penal que trató, sin éxito, de que aprobara el Congreso y que se basa en la reducción de penas para los condenados por delitos menores de drogas, entre los que se encuentran de manera desproporcionada miembros de las minorías hispana y afroamericana.
Sin mencionar a su sucesor en la Casa Blanca, Donald Trump, el presidente dedica una parte de su artículo al trabajo que “falta por hacer”.
En ese sentido, destaca la necesidad de que el Congreso apruebe una ley para cambiar el sistema de justicia penal, así como de implementar medidas para frenar la epidemia de adicción a la heroína y los analgésicos opiáceos, y mejorar el uso de las tecnologías en beneficio de los departamentos de Policía.
En el marco de su campaña para impulsar una reforma del sistema penal, en julio de 2015 Obama se convirtió en el primer mandatario en ejercicio en visitar una prisión federal.
Además, desde que asumió el cargo en 2009, Obama ha indultado a más de mil personas, una cifra mayor a las conmutaciones de penas que ofrecieron sus once predecesores juntos.