Aseguró que en ningún momento tuvo intención de matar a Juan Riveros (25), que murió luego de recibir dos balazos en la pierna. “Yo le disparé en legítima defensa; era él o nosotros. Nunca quise ultimar su vida, no fue premeditado ni nada. Solamente para asustar e intimidar”, comenzó contando para luego relatar cómo ocurrieron los hechos, en la noche del domingo 13 de noviembre en el barrio La Merced de la mencionada ciudad.
“Cuando ya me predispuse a cerrar mi portón, vino el muchacho a conversar con mi señora pidiendo cigarrillo. Ella entró como para despacharle, pero no cerró el portón y no se dio cuenta que el muchacho la seguía. Luego, escuché los gritos de ella y fui a buscar mi arma de la cómoda”, añadió.
Según Ferreira, en un rincón de su casa, mientras Riveros amenazaba a su esposa María Inés Fernández con un arma punzante, él acudió en su ayuda. “Le agarré en el hombro y ahí disparé. Corrió él, se le cayó el cuchillo y salí detrás de él, eso sí hice. Bajé la pistola en la vereda y fui junto a él. Como sangraba vine a comunicar a la Policía”, dijo.
tranquilo. Don Félix se mostró confiado en que se demostrará su inocencia y afirmó que a partir de lo sucedido tomará sus recaudos para evitar este tipo de hechos. “Tendré que buscar otros mecanismos de seguridad. Voy a tener que protegerme más, cerrar más temprano”, reveló.
El despensero fue imputado por homicidio doloso y posesión ilegal de armas por la fiscala Laura Ávalos, quien pidió la prisión para él y fue cuestionada por los vecinos del comerciante.
En la tarde de ayer, la jueza Isabel Bracho decidió otorgarle prisión domiciliaria, por lo que dejó el calabozo, donde estuvo recluido desde la noche del domingo.