Mimos, comida y libertad, las bases para adiestrar a un can

La mejor manera de hacer que un perro obedezca a su dueño es ganando su confianza. Esta premisa la pone en práctica el adiestrador Alejandro Sevilla, quien prefiere darse a conocer como un “negociador” y esto lo demuestra con Gordito, un bulldog francés negro de un año a quien le enseña a saludar y a pararse en dos patas en El Café de Acá, un local jagua friendly (o perro amistoso) de Asunción.

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Entrenamiento. Alejandro enseña a Gordito a pararse y el can recibe como premio un poco de comida y mimos.

Las personas en general no saben cómo adiestrar a sus mascotas y usan medidas correctivas no muy eficaces.

“Muy bien, Gordito, muy bien… De pie. Giro, giro, giro y saludo. Muy bien”, dice Alejandro, argentino de nacimiento que creció en Paraguay y se formó como “encantador de perros” en Suecia. Él le da a Gordito un premio, un estímulo: comida. Lo que hace es darle algo a cambio de una acción. Se negocia con el perro y entonces va entendiendo que si él hace lo que el amo quiere habrá mimos, comida y libertad (salir a pasear).

El adiestramiento se da con el condicionamiento clásico del fisiólogo ruso Iván Pavlov: Para Sevilla, los maltratos o el uso de fuerza son contraproducentes, no van.

Las teorías de dominancia, de macho alfa, del líder, son anticuadas, pero la gente sigue creyendo que –por ejemplo– pegándole a un can con un rollo de periódico, mostrándole lo que hizo, está bien. Esto es un error. “Cada vez que ves a tu perro salir a hacer popó en el patio, lo felicitás ¡Muy bien!, y si tenés comida que le guste, le das. Si a la inversa, si hace popó en el dormitorio y tenés una cadenita a mano, arrojale, que lo roce, haga un ruido, el perro va a entender que cada vez que hago esto acá algo malo pasa”.

por qué consultan. Las personas que acuden a Alejandro Sevilla lo buscan porque su perro es territorial, muerde los muebles, es inquieto, destruye el jardín, ladra mucho, orina en cualquier parte o es muy agresivo. No hay edad tope para el adiestramiento.

Cada vez más las personas buscan ayuda para saber manejar al mejor amigo del hombre. “Es boom”, afirma el adiestrador. Décadas atrás, los perros comían sobras, dormían en el patio, en el piso; hoy los supermercados tienen 20 metros de góndolas de balanceados, juguetes y abundan los pets shop.

La gente cambió y al perro se le dio un lugar sin educarlo. “Entonces el pobre perro, que antes estaba atrás, que no conocía más que el fondo, la soga, no conocía el paseo y comía la sobra, era un esclavo; hoy lo metemos dentro, lo subimos a la cama, entonces empieza a reclamar y rompe las cosas y es por eso lo que más me contratan”.

El encantador de perros comenta que aprendió las mismas normas de sumisión del líder, del macho alfa, pero con el tiempo se dio cuenta de que ahorcándolo con la correa, casi asfixiándolo para que obedezca, no era lo correcto.

Llegan junto a él perros muy agresivos, que parecían que no tenían solución, que serían puestos a dormir, pero cambiaron. “Los tenés que tratar con dignidad, yo creo que ese es el cambio en los últimos años”, señala, enfatizando en la importancia de los mimos y del cuidado que requieren los canes, según las razas.

Los interesados en contactar con Alejandro Sevilla, pueden hacerlo llamando al (0981) 593-778; escribirle al mail alejandrosevilla65@gmail.com, o comunicarse a través de los perfiles de Facebook Alejandro Sevilla.

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