Las incoherencias más patentes en las versiones oficiales

Tanto la versión oficial como la del suboficial Gustavo Florentín, sindicado como autor del homicidio de Rodrigo Quintana en el local del PLRA hace ocho días, pierden consistencia y credibilidad al confrontarse las posiciones y pruebas existentes.

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Contradicción. El agente ingresa a la Comandancia.

El pasado 31 de marzo, supuestamente los manifestantes junto con Efraín Alegre y Rafael Filizzola incitaron para iniciarse el enfrentamiento. Pero fueron los agentes antidisturbios quienes usaron la fuerza desmedida, atacaron con carros hidrantes y cachiporrazos a los manifestantes.

Tras este episodio, el diputado Édgar Acosta fue baleado en el rostro, revelando así que el agente violó el protocolo de uso de armas al disparar en dirección a la cabeza del parlamentario y no por encima del cuerpo, como señala la regla de procedimentos en disturbios.

OFICIAL. El pasado lunes, el viceministro de Asuntos Políticos, Ariel Martínez, y el director general de Orden y Seguridad, comisario Luis Cantero, presentaban un video en que se ve al suboficial Gustavo Florentín cuando se “escapa” de la Comandancia “tras apoderarse sin permiso” de equipos y arma, para ir hasta el Congreso Nacional como apoyo a sus camaradas.

Sin embargo, el material es de cuando ingresaba el agente a la Comandancia, a las 18.00. Fotos y grabaciones, además del testimonio del agente, señalan que desde las 16.00, el uniformado ya estaba en la manifestación frente al Congreso Nacional.

El comisario Tomás Paredes Palma, señaló que llegó 20 minutos después de desatarse una persecución a una turba y posterior, ocurre el ataque en el PLRA. Se desentiende dice que él no dio la orden.

Pero cámaras de seguridad de las inmediaciones del PLRA muestran al jefe policial apareciendo 40 segundos después del hecho violento, junto con agentes civiles y el subjefe de Robos y Hurtos, Abelardo Acosta. Tampoco hubo persecución policial y menos la puerta del PLRA estaba abierta, sino la abrieron a balazos.

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