No hay señales de mejora en la cosecha de soja de la zafra 2018/2019 y la estimación de pérdida es inclusive mucho mayor de la que se anunciaba en un principio.
José Berea, presidente de la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco), dijo que a este ritmo se perderían 1.200.000 toneladas del grano al final de la campaña.
Al inicio de la cosecha, cuando la campaña ya se mostraba bastante floja, se estimó que la pérdida sería de un millón de toneladas, en comparación con el total de producción obtenida en la zafra previa, que fue de 10.500.000 toneladas aproximadamente, recordó Berea.
“Seguimos preocupados por la campaña regular que estamos teniendo. La verdad es que los rendimientos de la soja temprana no han sido buenos: de 1.500 a 2.500 por hectárea”, comentó el titular de la cámara.
El promedio de rendimiento en campañas anteriores era de más de 3.000 kilos por hectárea, por lo que estos números son preocupantes.
Hasta el momento se cosechó un 30% de la soja plantada en esta campaña, que corresponde a la soja tempranera.
Estas parcelas fueron plantadas entre setiembre y octubre, en un momento en el que las excesivas lluvias se constituyeron en una dificultad para los productores. Luego, en plena etapa de desarrollo de las plantas, se vino la escasez de precipitaciones.
Acaba de iniciar la cosecha de la soja intermedia y se mantienen los bajos rendimientos, comentó Berea. La esperanza ahora está puesta en las últimas parcelas de soja tardía a desarrollarse y en la zafriña, que se está plantando a medida que se va cosechando. “Ahora necesitamos más lluvias para encontrar un equilibrio”, añadió.
Pero lo que es definitivo es que los resultados al cierre de la campaña serán menores que los años anteriores, en los que se superaron las diez millones de toneladas.
“La economía sin lugar a duda se va a ver afectada. Vamos a ver ahora cuánto podemos recuperar en la soja zafriña”, concluyó.