Los diputados solo llegan a estudiar alrededor de 7 a 8 proyectos de leyes, entre ellos resoluciones, durante las sesiones ordinarias y extraordinarias, lo que lleva a un lento despacho y, por lo tanto, una aglomeración de iniciativas pendientes.
Según un informe de la Dirección de Documentación y Archivo de la Cámara Baja, desde el 2008 hasta junio de 2011 están en la espera un total de 1.014 proyectos.
De los cuales, 55 fueron impulsados por el Poder Ejecutivo, 4 vetos presidenciales, 72 remitidos por la Cámara de Senadores, 697 presentados por los diputados, 182 son pedidos de pensiones graciables y 4 remitidos por el Senado para iniciar su estudio en Cámara Baja.
DOS SEMANALES. En lo que va del año, los diputados se reunieron 41 veces, 25 de forma ordinaria y 16 extras. En 8 ocasiones no pudieron sesionar por falta de cuórum y, cuando tienen el número requerido para las reuniones, no terminan el estudio de los puntos determinados en el orden del día (que va entre 20 y 30 puntos).
Los cuestionamientos hacia el lento despacho de los proyectos volvieron al tapete tras la denuncia presentada por el diputado oviedista Héctor Ocampos. El parlamentario habló de un colapso legislativo por la excesiva cantidad de iniciativas pendientes de estudio.
Propuso como posible solución la posibilidad de llevar adelante dos sesiones semanales fijas. Sin embargo, el pedido no tuvo mucho eco en la plenaria.
Si bien el horario del inicio para las sesiones está marcado para las 8.30, en la práctica no se cumple y generalmente empieza recién a las 9.30. A esto hay que sumarle que con los oradores, mociones de sobre tabla y de preferencia, el tratamiento de los puntos del orden del día ya comienza al filo del mediodía.
En este punto los legisladores, en la mayoría de las veces, abandonan lentamente la sala de sesiones dejando al filo el cuórum requerido (41 diputados) y se dirigen a almorzar.
A raíz de ello, el presidente de turno se ve obligado a verificar el cuórum existente para proseguir con el trabajo. Los parlamentarios utilizan el momento de las mociones sobre tablas o de preferencia para despachar aquellos proyectos que les interesan o que les tocan de cerca, por lo que a la hora de tocar el orden del día ya no están en la sala. En lo que va del año, el pasado jueves la Cámara baja agotó el estudio del orden del día de 38 puntos. Fue un hecho inédito.
DEBATE ENTRE LA CANTIDAD Y LA CALIDAD
Haciendo un comparativo entre la producción legislativa, se encuentra que el Senado solo elaboró 72 proyectos de leyes contra 697 de Diputados.
La explicación, según el diputado David Ocampos, es que la Cámara Alta, en la mayoría de los casos, solo se preocupa de corregir o rechazar los proyectos que tuvieron nacimiento en Cámara Baja.
Señala, además, que es una costumbre de los senadores erigirse como los profesores de los diputados en cuanto a la elaboración de proyectos de leyes u otras cuestiones.
En esto se engloba la eterna puja entre ambas cámaras del Congreso nacional.
Sin embargo, los senadores señalan que la cuestión no es quién presenta más o menos proyectos, sino cuál de todas las iniciativas benefician de verdad al país. Ello, según el senador Silvio Ovelar.
producción. Casi todas las iniciativas presentadas por los diputados y son giradas al Senado terminan siendo modificadas o rechazadas por esta Cámara.
La Cámara Alta sí produce la mayor parte de los pedidos de pensiones graciables que son fuertemente cuestionados por los diputados a la hora de su estudio en la plenaria.
Si bien los senadores producen pocos proyectos, existen en Diputados una variedad de documentos varados.