Ángel Barrientos
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Cerro Porteño ganó sobre el final un partido que se le puso difícil en el trámite, incluso con superioridad numérica, y sigue en la lucha por el título.
El Ciclón se encontró con un gol de vestuario de los gumarelos. Una correcta pelota enviada por Medina sorprendió y agarró imprevista a una defensa que comenzaba a desperezarse. Desde ese momento se inclinó la cancha a favor de Cerro.
La reacción fue inmediata y los dirigidos por Florentín comenzaron a desplegar el juego acostumbrado. Circulación del balón por el medio y aceleración por los costados fueron la clave para que Cerro sometiera durante todo el primer lapso a los liberteños. La expulsión de Muñoz obligó a Libertad a cambiar de planes y refugiarse en su campo. Velázquez, quien reemplazó al lastimado Ortigoza, puso las cosas iguales.
El silbato de Samaniego indicando el final de la primera parte fue un alivio para Libertad que ya no tenía piernas.
demolición. Desde las gradas la afición azulgrana palpitaba con ansias el esperado gol. Las ganas por intentar cerrar el juego le pasaron factura a Cerro, que a pesar de perder la claridad de la primera parte, daba la sensación de que el gol podía llegar pronto. Los intentos constantes tuvieron su fruto a cinco del final. Chelo Estigarribia se sacó las ganas guardadas desde su llegada al club y le brindó el triunfo al Ciclón. Ahora la mentalidad está en la ida de los cuartos de final de la Sudamericana, pero a nivel local puede sumar más puntos cuando se regularicen partidos ante Sol y Luqueño.