“Nunca antes se hizo y como este año se cumplen 150 años queríamos realizar una marcha ciudadana”, expuso el historiador Néstor Paredes, quien junto a integrantes de la Asociación Cultural Mandua’arâ organizó la actividad.
La movilización partió de la Plaza Uruguaya y pasó por el Panteón Nacional de los Héroes –donde se mezcló por un instante con la movilización de los sindicatos en el marco del Día del Trabajador–. La marcha patriótica culminó con un acto en El Cabildo.
Paredes explicó que el significado de la actividad es que “los aliados (Argentina, Uruguay y Brasil) reconozcan que esto fue un genocidio y que debe ser reparado”.
Pretenden –dijo– que la ciudadanía participe en los debates porque “es la única forma de presionar a las autoridades del Gobierno para que reclamen la indemnización”.
El resarcimiento –refirió– puede cumplirse con los tratados de las binacionales, por los derechos territoriales perdidos. “Por lo menos que se resarza económicamente al Paraguay mediante un acuerdo diplomático con respecto a los actuales tratados de Itaipú y Yacyretá, puede hacerse una compensación por ese lado”.
“Por otro lado, que se devuelvan todos los archivos nacionales que se robaron, eso podría ser un comienzo”, indicó sobre los documentos que hasta hoy obran en el Palacio de Itamaraty, la sede de la Cancillería de Brasil.
Ausentes. Tanto el presidente de la República, Horacio Cartes, como su vice, Juan Afara, fueron invitados para el acto patriótico; pero ninguno asistió. Los activistas solicitaron además que el Ejecutivo declare Duelo Nacional el 1 de mayo. Tampoco tuvieron respuestas, según indicó Paredes, quien es director del programa radial y de televisión Paraguay Eterno organizador del acto junto a la Asociación Cultural Mandua’arâ.
Manifestó que insistirán igual al Gobierno a que se acoja a esta cruzada y solicite “una justa indemnización para todos los paraguayos”.
“Siempre cuando debatimos sobre hechos históricos sobre este tema hay mucho dolor y tristeza; esas heridas continúan abiertas porque nunca hubo una reparación histórica”, sentenció.
A su criterio, si la ciudadanía está imbuida y empapada de la historia del Paraguay estará en condiciones de solicitar con dignidad una compensación.
“Solemos escuchar que algunos embajadores y diplomáticos piden perdón, pero eso no es suficiente”, lanzó.
Los debates seguirán en el ámbito académico en virtud a que “un crimen de lesa humanidad no prescribe con el transcurso del tiempo”.