El Reino Unido y la Unión Europea inician su proceso de divorcio

Al término de 2 años de negociaciones, en marzo de 2019 la UE perderá a un miembro del Consejo de Seguridad de la ONU y potencia nuclear, un ejemplo que otros tentarán seguir.

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AFP

LONDRES - REINO UNIDO

La primera ministra británica Theresa May pidió ayer unidad a su pueblo al iniciar una salida de la UE que tildó de irreversible, y que pondrá a prueba las costuras europeas y británicas.

“Ha llegado el momento de unirnos y trabajar juntos para lograr el mejor acuerdo posible”, afirmó en un discurso en el Parlamento, minutos después de que el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, recibiese en Bruselas la carta británica que notifica formalmente la salida. “Es un momento histórico sin vuelta atrás”, sentenció May.

Tusk le replicó casi de inmediato: “no hay razones para pretender que es un día feliz”, y la jefa de gobierno alemán, Angela Merkel, echó el primer jarro de agua fría al rechazar negociar un acuerdo de libre comercio al mismo tiempo que el divorcio, como May pidió en su carta.

“Antes habrá que clarificar en las negociaciones cómo desligar las estrechas imbricaciones entre la UE y el Reino Unido”, dijo Merkel. Al término de 2 años de negociaciones, en marzo de 2019, la UE habrá perdido a un miembro del Consejo de Seguridad de la ONU y potencia nuclear, y habrá ganado, a su pesar, un ejemplo que otros sentirán la tentación de seguir.

A su vez, el Reino Unido podría perder a Escocia e Irlanda del Norte si el descontento de ambas con el brexit acaba en independencia.

Júbilo y pena. El referéndum del 23 de junio de 2016 (52% contra 48% a favor del brexit) dejó heridas por cicatrizar en la sociedad británica, y este miércoles coincidieron muestras de alegría y de auténtico pesar.

Nigel Farage, el antiguo líder del partido antieuropeo UKIP, se fue a tomar cervezas a un pub de Londres, congratulándose por irse “primero” de una UE moribunda, mientras un hombre le gritaba que era “una desgracia”.

Ante el Parlamento británico, una pequeña manifestación protestaba contra el brexit. El Titanic navega hacia aguas brexit. Será un viaje tranquilo, sin obstáculos”, bromeó uno de sus organizadores, Graham Fawcett.

Abdul Chudhury, un inmigrante bangladesí de 49 años, que trabaja en un puesto de sandwiches de Edimburgo, se congratuló porque hay que controlar la inmigración, “como en Australia o Nueva Zelanda, donde sólo se permite venir a vivir y a trabajar a gente capacitada”.

En cambio, para el enfermero español Joan Pons, era un día lúgubre: “nunca podré volver llamar ‘mi casa’ a este país. Es una casa rota, y me parte el corazón”, escribió en Twitter.

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