El anuncio fue incluido en un manifiesto con diez propuestas para enfrentar la actual crisis política aprobado en una reunión entre los dirigentes del partido en los 27 estados de Brasil, miembros de la dirección nacional de la formación y el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.
El manifiesto de tres páginas y diez propuestas fue aprobado en momentos en que el PT es señalado como uno de los principales beneficiarios de la red de corrupción que desvió miles de millones de la petrolera estatal Petrobras, mayor empresa de Brasil.
“Como ya reiteramos en otras ocasiones, estamos a favor de que todos esos hechos sean investigados con más rigor y que se castigue a corruptos y corruptores”, asegura el manifiesto sin referirse directamente a Petrobras.
“En caso de que cualquier afiliado del PT sea condenado en virtud de eventuales corruptelas, será excluido de nuestras filas”, agrega el documento.
El texto, sin embargo, no hace ninguna referencia al tesorero del PT, Joao Vaccari Neto, que responde como reo a un proceso por asociación para delinquir, lavado de dinero y corrupción pasiva por supuestamente haber recibido recursos desviados de Petrobras.
El exministro de Justicia y exgobernador de Río Grande do Sul Tarso Genro, que participó en el encuentro, se dijo partidario de que Vaccari Neto sea separado preventivamente del cargo mientras responde ante la justicia.
Los dirigentes alegaron que decidieron reaccionar por sentir que están “bajo un fuerte ataque” y que son víctimas de una “campaña de cerco y aniquilamiento” similar a la que sufrieron en 1989, cuando la formación, en plena campaña electoral y sin pruebas, fue acusada del secuestro del empresario Abilio Diniz.
El manifiesto alega que la oposición no tolera haber sido derrotada en cuatro elecciones presidenciales consecutivas primero por un obrero, en referencia a Lula, y después por una mujer (Rousseff).
“Malos perdedores en el juego democrático, intentan ahora revertir, sin elecciones, el resultado electoral”, aseguraron los dirigentes del PT, para quienes las denuncias que vinculan al partido al escándalo de Petrobras buscan convertir a ese movimiento “en chivo expiatorio de la corrupción nacional y de las dificultades pasajeras de la economía”, en un contexto adverso de crisis mundial prolongada.
Como propuestas para “salir de la defensiva” y reaccionar a la crisis, los dirigentes regionales pidieron que los diputados del PT presenten ante el Congreso y aprueben un proyecto de ley para crear un impuesto sobre las grandes fortunas.
Igualmente proponen una profundización de la reforma agraria y la aprobación del proyecto de ley que incluya el derecho de respuesta en los medios de comunicación.
Los dirigentes del PT también defendieron la creación de una coalición de partidos progresistas, sindicatos y movimientos sociales.
La idea ya había sido planteada por el presidente del PT, Rui Falcao, en un artículo publicado por el diario Folha de Sao Paulo. “Veo con simpatía” que “se abra espacio para la creación de un movimiento como el Frente Amplio de Uruguay o la Concertación chilena”, dijo el dirigente.
Actualmente el principal aliado del PT es el centrista Partido del Movimiento de la Democracia Brasileña (PMDB), formación de los titulares del Senado, Renán Calheiros, y de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, señalados de corrupción.