La analista subrayó que el nulo ahorro fiscal es una bomba de tiempo y que una salida rápida podría ser un recorte de las remuneraciones -salarios y beneficios ligados- para todo el plantel público. A su criterio, se podría ahorrar unos USD 400 millones si la disminución es de solo el 10%.
El último informe de situación financiera divulgado por Hacienda indica que el 82% de los ingresos por el cobro de impuestos se gastan solamente en el pago de sueldos del aparato público. A criterio de Benegas, esto lleva a que el Gobierno necesite tomar mayor endeudamiento para financiar el plan de reactivación. El problema es, agregó, que el nivel del pasivo está cerca del tope que es considerando como prudente.
“No hay ingresos porque la economía está paralizada, disminuyeron las remesas y los ingresos de Itaipú tienen vencimiento. Entonces, no es sostenible así seguir tomando deuda sin hacer cambios. En el sector público, generalmente los beneficios son 1,5 veces superiores al salario propiamente, ahí hay espacio para ahorrar”, expresó.
Finalmente, la economista señaló que mientras este vigente el recorte salarial y se pueda tener un mayor ahorro fiscal, se debe ir apuntando a las compras públicas, segmento en el que también hay un despilfarro muy grande que debe ser revertido.
En proceso. El plan de reactivación está en etapa de ajuste final en el Equipo Económico antes de ser presentado oficialmente.
Según adelantó Hacienda, contempla una inyección de unos USD 2.000 millones, con las obras públicas como pilar clave. La cartera reflotó días pasado la posibilidad de tomar una nueva deuda para financiar este plan, pese a que a inicios de mes había descartado esta opción por el rechazo ciudadano.
Fernando Masi: Debe ser progresivo
El analista económico Fernando Masi, por su parte, coincide en que hay que reformar el esquema de salarios y compras para tener un mayor ahorro fiscal y hacer frente a la reactivación, aunque considera que la disminución no debe ser generalizada.
El directivo del Cadep cree que el recorte, en caso de darse, debería ser progresivo, en base a los niveles de salarios, con mayor reducción a los que tienen más altos sueldos.
No obstante, enfatizó que no será suficiente solo esta medida para paliar el déficit, por lo que insistió en una nueva reforma tributaria que implique aumentar la carga para los sectores más ricos, disminuir las exoneraciones y establecer también una mayor progresividad en impuestos a la renta, entre otros.