Decadencia

Wendy Marton – @WendyMarton

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Cuando Mario Abdo Benítez se candidató a la presidencia de la República y dio a conocer su proyecto de gobierno, en el apartado de Educación destacaba que a través del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y Becal fortalecería el proceso de formación científica y académica en las mejores universidades del mundo, en aquellas especializaciones requeridas en el Plan Nacional de Desarrollo 2030.

De hecho, su proyecto señalaba que la educación en su gobierno sería el eje prioritario para el desarrollo humano, el éxito económico, para atender la salud preventiva y lograr la competitividad del país y la prosperidad de sus habitantes.

Para ello, proponía vincular a las universidades del país con las mejores del mundo, a través de convenios de cooperación e intercambio y transferencia de conocimiento y fortalecimiento de la ciencia, tecnología e innovación.

De hecho, el gobierno de Mario Abdo continúa con el programa Becal, lo cual es auspicioso.

El problema es que de nada sirve seguir invirtiendo en educación de calidad, enviando a estudiantes a capacitarse en el exterior, si al final quienes quieran publicar investigaciones deberán ser evaluados por un empresario que poco y nada conoce sobre el proceso científico.

Aunque es necesario mejorar y fortalecer el control sobre el financiamiento destinado a investigaciones científicas, y puede cuestionarse la calidad de los trabajos científicos financiados por Conacyt hasta el momento, poner a la cabeza de un ente tan importante para el país a un empresario es, como mínimo, un despropósito.

La débil gestión de Mario Abdo se nota en todas partes. Aunque se entiende que haya nombrado a Eduardo Felippo para acallar las críticas del sector empresarial a las investigaciones sobre el impacto del uso de agroquímicos en las familias campesinas o para complacer a sectores religiosos, es inaceptable su decisión.

Nombrando a un empresario –sin conocimiento científico alguno– en un ente que se encarga de velar por la ciencia y la tecnología del país, Mario Abdo está condenando al país a un retroceso.

Mientras los demás países apuestan por la verdadera educación de calidad y las investigaciones científicas, Paraguay camina hacia atrás.

Según datos del portal Ciencias del Sur, Paraguay es uno de los países de América que menos invierten en investigación y desarrollo. Con base en datos proporcionados por Conacyt, apenas se destina el 0,20% del PIB para ciencia y tecnología. A esto, agrega que disminuyó el número de investigadores (de 742 a 586).

El fin del gobierno de Mario Abdo debería ser incrementar el presupuesto destinado a investigación científica a, por lo menos, 1,5% del PIB al término del mandato, e incrementar el número de investigadores.

Las investigaciones científicas necesitan aumentar en nuestro país para permitir mejorar la calidad de vida de los paraguayos.

Marito de la gente está a tiempo de reconocer que obró mal, y nombrar a un científico en el puesto de presidente de Conacyt. Además, debe velar porque la administración de los fondos sea transparente y reporte beneficios para todos los que habitan el territorio guaraní.

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