Con llamadas y amenazas de despido, el Gobierno presiona

Trabajadores estatales en Venezuela recibieron llamadas telefónicas, presión de sus jefes y amenazas de despido para asegurarse de que voten el domingo para elegir a los miembros de una polémica Asamblea Constituyente, que promueve el presidente Nicolás Maduro.

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Los trabajadores detallan las presiones: mensajes de texto cada 30 minutos, llamadas telefónicas, reuniones políticas obligatorias durante el trabajo, pedido que cada trabajador reclute a otros 10 para votar u órdenes de informar a una “sala situacional” tras sufragar.

Con sondeos que muestran un rechazo del 70 por ciento a la Asamblea, el Gobierno quiere evitar una participación vergonzosamente baja en los comicios boicoteados por la oposición.

La presión sobre los empleados públicos es mayor que nunca

“Cualquier director, superintendente y el supervisor que trata de bloquear la Asamblea Constituyente, que no vota o sus colaboradores no vota, debe dejar su puesto de trabajo el lunes”, dijo el vicepresidente de PDVSA Nelson Ferrer, durante una reunión con los trabajadores esta semana, según un resumen que circula dentro de la empresa.

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