Colegas y amigos se despiden hoy del actor y director Alejo Pesoa

La comunidad teatral despide en la mañana de hoy al reconocido actor y director, Alejo Pesoa, figura destacada y muy querida del teatro nacional, y activo integrante del gremio Centro Paraguayo de Teatro (Cepate). El artista, que falleció en la víspera, recibirá el último adiós y un tributo de parte de sus colegas, a partir de las 8.30, aproximadamente, en el Teatro Municipal (Presidente Franco esquina Alberdi). De allí partirá al cementerio de la Recoleta, portón 2, en donde será el sepelio.

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Destacado. El actor Alejo Pesoa participó en más de 100 obras teatrales en el país.

Pesoa, de 84 años de edad y nacido en el barrio Tembetary, de Asunción, falleció a consecuencia de una falla cardiaca, según informaron sus familiares.

El actor, declarado Hijo Dilecto de Asunción, tuvo participación en las películas La disputa (1997), Réquiem por un soldado (2002), Miramenometokéi (Espinas del alma) (2002), El invierno de Gunter (2007), y El azúcar del naranjo (2015).

Estudió en la Escuela Municipal de Arte Escénico, y con Josefina Plá y Tabaco Argüello. Contaba con más de cincuenta años de trayectoria, en la que se lució más que nada como actor, aunque también debutó como director, con la obra Disparate, disparate y no tan disparate, en 2014. Llegó a trabajar en varios oficios, entre ellos, croupier de casino, mozo y vendedor de libros, pero su pasión siempre fue el teatro.

Inició su labor en este campo en los años sesenta con el Grupo Independiente Jesús el Redentor, y también integró Teatro Estudio y Pirirí Teatro. Pesoa fue compañero de grandes figuras del gremio hoy ausentes como Humberto Gulino (Aty Ñe’ê) y Rudy Torga (TPV).

Apreciado. “Alejo fue ante todo el amigo por excelencia, supo brindarse a sus seres cercanos. Marca presencia en el teatro local con su paso por el teatro popular de vanguardia (TPV) y Aty Ñe’ê. En televisión, entre otros proyectos, participó en la serie La disputa, bajo mi dirección”, comentó el director Agustín Núñez.

Para Núñez es llamativo el cariño que se le profesaba a Pesoa. “Fue el único actor que en vida tuvo el reconocimiento de que un teatro llevara su nombre. Miguel Gómez le puso Alejo Pesoa a la sala de La Móvil, de Edith Correa”, dijo.

En tanto, la directora Teresa González Meyer dijo: “Soy su amiga de toda la vida. Fue un ser adorable y un gran referente, a pesar de que hace un tiempo estaba alejado de los escenarios”. Para Meyer, de su personalidad resalta la genialidad, el humor y la alegría que tenia. “Él subía al escenario y ya la gente se reía, no hacía falta que haga nada que ya su sola presencia divertía al público”, recordó.

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