Cazafantasmas

Existen varios tipos de emprendedores que cazamos fantasmas. En 1984, Bill Murray protagonizó una comedia con un “toque” de ciencia ficción llamada en inglés Ghostbusters. Esta película trataba de unos emprendedores que eran propietarios de la compañía más grande de eliminación de actividad paranormal de los EEUU (y aunque estoy hablando de una película), y no deseo iniciar un debate de la existencia o no de actividad paranormal, esta película permite ilustrar claramente cómo los emprendedores podemos ser capaces de identificar una necesidad insatisfecha o aún no demandada por el mercado.

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Por José Méndez Cardozo

Los emprendedores somos como cazafantasmas, vemos lo que otros hoy no ven o no quieren verlo y mucha gente nos tilda de soñadores y hasta incluso de locos al perseguir metas imperceptibles para la mayoría de las personas. Sin embargo, justamente allí es donde, a mi criterio, se encuentra el secreto de la investigación y el desarrollo, y es el punto de inflexión del emprendedor, entre la posibilidad del éxito o el inicio del fracaso. Es durante las criticas más duras cuando debemos ser capaces de argumentar el motivo por el cual esta idea merece ser escuchada y respetada, es durante el ataque, las risas y la posibilidad de hacer el ridículo cuando el emprendedor se hace más fuerte.

La capacidad de ver lo que otros no es el inicio de la innovación, sin embargo, toda revolución debe contener una planificación para el desarrollo eficiente del emprendimiento y es allí donde muchos nos estancamos. Cazamos fantasmas (ideas) brillantes, sin embargo, a la hora de transformarlos en acciones se nos dificulta, puesto que la “organización” no es la virtud más común entre nosotros, los cazafantasmas. Si es que tú eres un emprendedor probablemente sabes a lo que me refiero. Las ideas y los negocios que hacemos en el día a día muchas veces son como una embarcación deslizándose a toda velocidad por el agua, dejando una estela “de cosas menos importantes para hacer luego”, que tiempo después se transforman en la muralla que no nos permite seguir creciendo; y es por esto que cazar nuestro fantasma no es la solución, sino el inicio del cumplimiento de nuestros sueños.

Necesitamos más emprendedores que se animen a perseguir sus fantasmas, sin temor a lo que digan los demás, sin temor a hacer el ridículo, sin temor a salir de su zona de cómoda o a fracasar buscando la idea perfecta, que solo puede descubrirse poniéndola a prueba. Para transformarnos en cazafantasmas exitosos primero debemos tener claro el significado del éxito, y de acuerdo al significado que le demos, debemos trazar nuestro camino hacia él. El camino no es fácil, ni tampoco es corto, pero es durante este en donde nos hacemos mejores emprendedores, mejores personas y mejores paraguayos.

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