Carreras brindó un magnífico concierto en gira de despedida

  • Facebook
  • Twitter
  • Email
  • Print

Magistral. La soprano Jaquelina Livieri acompañó al tenor José Carreras en el concierto.

Sergio Noe

sergionoe@gmail.com

Una platea que superó las 2.500 personas se dio cita en el Centro de Convenciones de la Conmebol, el miércoles último, para presenciar el histórico concierto que brindó el apodado “tenor más querido del mundo”, el catalán José Carreras (70).

Esta primera visita –y quizás la última– del tenor de fama mundial conquistó rápidamente a la selecta platea –en su mayoría arriba de los 50 años–, en una emotiva e impecable presentación.

Su voz, única e intacta, fiel a sus décadas pasadas, relució con intensidad en un recorrido de arias de óperas, zarzuelas, barcarolas y piezas italianas, en inglés y español.

En los duetos contó con la compañía de la soprano argentina Jaquelina Livieri, con una impecable interpretación, además del portentoso soporte instrumental de la Orquesta Sinfónica del Congreso Nacional, dirigida por su sobrino David Giménez Carreras.

Con un dominio de la técnica, José Carreras subió a escena –ante los aplausos de los presentes– cantando la Canción Húngara de la zarzuela Alma de Dios, dejando paso a la soprano e invitada de honor que entonó luego el vals Jeu veux vivre, de la ópera Romeo y Julieta.

Este concierto de su gira de despedida A life in music, Final World Tour también brindó un recorrido visual en pantalla gigante, de sus presentaciones más importantes en famosos teatros como La Scala de Milán, el Royal Opera House de Londres o el New York City Opera, entre otros prestigiosos escenarios.

En escena se sintió a un vivaz Carreras –y no solo el eco del éxito que cosechó en los 70 y 80– gracias a sus excelentes interpretaciones de las canciones napolitanas Pecché (de G.E. Pennino) y Passione (de Valente).

El primer dueto de la noche se vivió con el romántico valz Je te veux (de Erik Satie). Las variaciones vocales lograron un buen desenvolvimiento y Carreras demostró que su voz estaba lejos de aquella amenaza que quiso apagarla en 1987, tras su leucemia diagnosticada y luego tratada con éxito.

El gran tenor, que diera el histórico recital junto a Plácido Domingo y Luciano Pavarotti en las Termas de Caracalla (Roma) en 1990, siguió su show en Luque con más arias y piezas intercaladas con la soprano, para cerrar ante los apoteósicos aplausos de una platea feliz, que celebró las excelentes interpretaciones, en especial de Solamente una vez y Amigos para siempre.

  • Facebook
  • Twitter
  • Email
  • Print
Más contenido de esta sección