Atracadores, oportunistas y marihuaneros

Por Gloria B. Rolón L. – grolon@uhora.com.py

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No, no se confunda. El título de este comentario no hace referencia a ningún político, de partido alguno... tampoco a ningún dirigente partidario, o empresario de frontera o de fútbol... ni nada por el estilo.

Con él hago directa referencia a un –pareciera cada vez más amplio– sector de la población de esta querida nación que sin disimulos, y siquiera ruborizarse, toma como rehenes a funcionarios judiciales y policiales para liberar cargamentos de toneladas de marihuana.

A turbas enteras de pobladores que –cual películas de terror– se aprovechan de una situación específica, como un accidente de tránsito, por ejemplo, para quedarse con lo que no les pertenece.

En otras palabras me dirijo a esos viles ladrones y perversos atracadores que hoy actúan tan desvergonzadamente.

En solo unas semanas todos fuimos testigos de tres hechos que nos desnudan y denigran profundamente como sociedad.

Primero, fue un camión repartidor de cerveza que volcó en Ñemby. Casi toda la carga que no se rompió fue directamente robada por curiosos y personas que pasaban por el lugar.

Algunos medios de comunicación lo tomaron en sorna... y en las redes sociales a mucha gente, aquello, hasta le pareció gracioso.

Luego vino lo del gigantesco cargamento de panes de marihuana incautado en un procedimiento de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad), en Concepción, que fue liberado rápidamente por una muchedumbre de aproximadamente 500 personas.

Allí la cosa ya no resultó tan graciosa... pero que se sepa hasta ahora solo hay unos pocos procesados y del cargamento ni rastros.

Finalmente, la semana pasada, un camión transportador de pollos de una conocida empresa sufrió un accidente a la altura del kilómetro 56 de la ruta 1 Mariscal Francisco Solano López, entre las ciudades de Paraguarí y Yaguarón. Los curiosos y viajeros ocasionales que llegaron hasta el lugar, en vez de ayudar a los accidentados se dedicaron rápidamente a cazar y robar los pollos (que aún estaban vivos).

Qué mal estamos como sociedad.

Qué mal como padres de familia, como educadores, como ciudadanos.

Urgentemente necesitamos reivindicarnos, cambiar, reeducarnos.

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