SIEMPRE PRESENTE. Al grito de “compro entrada si le sobra” los revenderores marcaron presencia en los alrededores del Defensores, tratando de sacar algún provecho económico. Una práctica de nunca acabar.
COMO EN LA EXPO. Las marcas comerciales apostadas sobre la calle Ruiz de Arellano (frente al sector de Preferencias) marcaron una fiesta en la previa con una murga contagiante que pegó varias vueltas olímpicas.
RELATORES POR UN DÍA. El público vibró desde tempranas horas. Uno de los sponsors hizo relatar un gol de la Albirroja a varios hinchas que elevaron la temperatura en el estadio.
LO ADELANTO. Como lo había manifestado Cristian Riveros en la semana “el paraguayo deja todo a última hora”; cuando se disputaban los primeros minutos del juego el público seguía ingresando al recinto. El Defensores del Chaco se vio como siempre quisimos: lleno.
LOS INFILTRADOS. Un grupo de chilenos con sus respectivas camisetas se colaron en las Preferencias paraguayas. Si el control era estricto con documento, ¿qué hacían ahí?
PARA APLAUDIR. La banda se músicos del Ejército dieron prestigio con las melodías en vivo de los himnos nacionales de Paraguay y de Chile. En su entrada minutos antes de que ingresen los protagonistas, los músicos hicieron gala de buenos acordes con movimientos sincronizados.