Una orgía de idioteces en animación

Por Sergio Cáceres Mercado

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Foto: UH Edicion Impresa

sergio209@lycos.com

Que Seth Rogen y su grupo de amigos actores encabecen una producción cinematográfica donde lo principal sea lo chabacano no debe extrañar a estas alturas de su carrera. Es lo que sabe hacer, es decir, el tipo de humor que mejor le sale va por ahí.

Esta vez Rogen nos presenta una película de animación computarizada, o sea, el típico formato en el cual Disney/Pixar, Dreamworks, Blue Sky y otros grandes estudios realizan sus películas infantiles.

A pesar de que decía que era una producción para mayores de 13 años, muchas personas cayeron inocentemente en el error y fueron a ver La fiesta de las salchichas esperando encontrar una inocente película para niños y no un festival de chanchadas.

En primer lugar, la crítica que hace a ciertas religiones tradicionales es muy fuerte, aunque trillada. De todos modos, a más de un creyente habrá molestado, pues no habrá esperado que su religión sea blanco en una técnica que usualmente no se usa en ese sentido.

En segundo lugar, las alusiones y acciones sexuales son de un tono bien elevado; incluso mucho más que cuando se usan actores de carne y hueso, pues la animación tiene la ventaja de la versatilidad y se pueden hacer muchos gestos ocultos tras las caricaturas que cuando se actúa frente a las cámaras.

Ubicada en un horario más adecuado y con más advertencias que a las usuales para el cliente promedio, no hubiese causado tal decepción como lo hizo en cierto sector del público.

No durará mucho tiempo en cartelera, por las razones ya aludidas y porque en realidad es una apología más a la estupidez.

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