Primavera en Veterinaria, otoño en Medicina

Por Alfredo Boccia Paz – galiboc@tigo.com.py

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Luego de la peor corrupción de la historia de la Universidad Nacional de Asunción, vivimos la más inesperada y vivificante revolución estudiantil, enarbolando la bandera de la decencia. El reto de mantener esa actitud combativa y profundizar los cambios iniciados chocaba contra el escepticismo de quienes auguraban el gradual decaimiento del entusiasmo.

Esta semana vimos las dos caras de la moneda. En la Facultad de Ciencias Veterinarias, golpeada por décadas de corrupción e irregularidades, se ha instalado un nuevo Consejo Directivo presidido por dos mujeres e integrado por una amplia mayoría de gente nueva, dispuesta a trabajar por la transparencia.

Lo ocurrido no es poca cosa. Un año antes, este cambio hubiera parecido impensable, porque la leyenda negra que arrastraba esa casa de estudios por la injerencia partidaria en la vida académica había comenzado allá por la década del setenta del siglo pasado. Ojalá que no se defraude a los optimistas que creen que comienza la primavera.

En la Facultad de Ciencias Médicas las cosas ocurrieron de otro modo. Un grupo de profesores muy afines a la claque que había sido desalojada del poder logró conservar una mínima mayoría en el Consejo Directivo. La posibilidad del fin de la impunidad se oscurece ante la felicidad demostrada por quienes están hoy sumariados.

Intentaré explicar cómo ocurrió esto. Los estudiantes hicieron su parte, eligiendo a tres representantes que responderán al mandato del gremio. También los egresados no docentes votaron a dos consejeros que están en contra de los responsables del descalabro administrativo y académico al que se había llegado. Entre ambos estamentos sumaron cerca de 2.000 electores. La ley universitaria establece que los seis lugares restantes corresponden a los profesores, que votaron en número inferior a los 200. Y todas esas plazas fueron ganadas por el sector que terminó imponiendo al nuevo decano y vicedecano.

Se pueden encontrar respuestas, recordando que muchos de esos docentes se siguen beneficiando de altísimos salarios otorgados en el pasado y que también votaron los llamados “profesores exprés”, convertidos en tales en trámites vertiginosos para sumar apoyo a la antigua claque.

Pero, pese a haber sido una campaña sucia en la que, entre otras cosas, se utilizaron perfiles falsos en las redes sociales para injuriar y difamar al grupo contrincante, las nuevas autoridades están revestidas de legitimidad. Tampoco debe meterse a todos en la misma bolsa, pues hay personas que no estuvieron involucradas en la corrupción y son honorables. Además, lo que hagan será, ahora sí, controlado. Ojalá que se defraude a los pesimistas que creen que comienza el otoño.

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