Obras de Brahms y Mozart suenan esta noche en el Teatro Municipal

Con la participación de músicos invitados; el director estadounidense Gordon Campbell, y la solista argentina Carolina Mazalesky, la orquesta de la UniNorte sube al escenario del Ignacio A. Pane, desde las 20.30.

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Protagonistas. Orquesta de UniNorte con la dirección de Gordon Campbell.

Gran Concierto 2018 se denomina el espectáculo que esta noche brinda la Orquesta de la Universidad del Norte (Uninorte), desde las 20.30, en el Teatro Municipal Ignacio A. Pane (Presidente Franco y Chile). Acceso, desde G. 15.000.

En esta ocasión, la gala anual cuenta con la participación, como invitados especiales, al director estadounidense Gordon Campbell, y la violinista argentina, residente en Berlín, Carolina Mazalesky.

El concierto incluye obras de Johannes Brahms, Majaíl Glinka, Wolfgang Amadeus Mozart y Nikolái Rimski-Kórsakov.

“El programa del concierto tiene una lógica musical. Todo el concierto está en tonos mayores, o sea, es un concierto muy alegre”, señala el director orquestal.

Campbell explica que Brahms es de la época romántica, al igual que las obras de Glinka y Korsakov. “En tanto que Mozart es del periodo clásico”, indica, y añade: “Brahms dentro del romanticismo fue el más clásico, un romántico intelectual. Para mí, Brahms es de lo más profundo”.

En la obra de Brahms “el violín está en contra de los demás instrumentos, y por momentos colabora y hasta puede tener un papel secundario”, añade Gordon.

violinista. “Consagrado y bonito aunque diferente al Brahms (Concierto de Violín en Re mayor Opus 77), que toco hoy con la orquesta. Es bastante estricto, debido a su ubicación en el romanticismo tardío alemán”, comenta, por su parte, Carolina Mazalesky, respecto a su intervención.

La solista internacional invitada, participó por última vez con la orquesta de UniNorte en el 2014.

“Sobre este concierto puedo decir que tengo mucha afinidad con él, pues Brahms, lo compuso en Austria, durante su estadía en el Lago de las Palabras (Lake Wörthersee) en Carintia. Un lago precioso en el que estuve. Cuando uno escucha el segundo movimiento de este concierto, hace pensar en la fuerte conexión de los movimientos con los paisajes de aquel lago”, comenta la violinista.

Añade que este concierto es “muy complicado”, en el sentido de que Brahms, que era pianista, no tenía muchos conocimientos de violín en el momento de escribirlo. “Se nota la influencia pianística, lo cual en el violín es complicado, porque no tiene las facilidades técnicas del piano, y viceversa. Para él fue osado escribirlo, y se apoyó en su amigo Joseph Joachim, el más grande violinista y director de orquesta europea”, señala la violinista, y concreta: “Aunque las dificultades fueron muchas, a Brahms le importaba la música más que el instrumento, y logró hacer una obra cumbre”.

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