Los estudiantes doblegaron al Gobierno de Cartes y lograron tumbar a Marta Lafuente del Ministerio de Educación, luego de 48 horas de protestas y la toma de más de 100 instituciones en todo el país.
Al leer su carta de renuncia, ayer en Mburuvicha Róga, Lafuente defendió su gestión, habló de su honorabilidad y dejó en claro que su salida tiene un trasfondo netamente político.
Durante la conferencia de prensa en la residencia presidencial, la ahora ex ministra estuvo escoltada por los ministros Juan Carlos López Moreira (jefe de Gabinete), Antonio Barrios (Salud), Darío Filártiga (asesor político), Marcelo Soto (Juventud), Santiago Peña (Hacienda) y Soledad Núñez (Senavitat). El presidente Cartes no apareció.
Lafuente echó en cara que logró la despartidización del MEC, aplicando normas a “bandidos disfrazados de políticos” y que desvinculó a 1.000 planilleros. “Hemos logrado despartidizar el Ministerio de Educación aplicando las normas correspondientes a bandidos disfrazados de políticos que robaban la educación para sacar provecho personal”, afirmó Lafuente, quien en algunos tramos tenía la voz quebrada y los ojos llorosos.
La ex ministra arremetió contra los políticos a quienes –dijo– cortó los privilegios que tenían en la administración pública. “Estas acciones han enojado a quienes tienen como práctica visitar los ministerios para ubicar a sus correligionarios, parientes y hasta amantes”, fustigó.
Acusó de planillera e hipócrita a la diputada Blanca Vargas, presidenta de la Comisión de Educación de la Cámara Baja. “He leído que la presidenta de la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados se ha solidarizado con los estudiantes. Le pregunto por qué no acudió a trabajar durante los últimos 3 años y siguió cobrando sin trabajar. Además de planillera es hipócrita”, afirmó.
diálogo. Lafuente afirmó que la puerta del diálogo siempre estuvo abierta para atender el reclamo de los estudiantes. Sin embargo, cuestionó la intransigencia que hubo de parte de los manifestantes.
“Desafortunadamente la posición que han tomado es intransigente. Se encuentran en una sola demanda sin espacio a la negociación. Les digo a los estudiantes que así no funciona la democracia porque el Estado no debe dar lugar a extorsiones”, dijo.
corrupción. Sin hacer referencia a la polémica desatada con el cocido de oro, Lafuente dijo que nadie le puede acusar de un caso de corrupción. “No existe ningún cargo de corrupción. Pueden revisar mi historial y comprobar que nunca he tocado un solo guaraní que no me pertenezca, al contrario cuando recibía viáticos por viajes internacionales regresaba más de lo que la ley me exigía. Soy una persona que practica valores y principios”, apuntó.
Apuntó que durante el debate se habló más de la ministra que de la necesidad de mejorar la educación y el futuro de la misma.