La misericordia de los comprometidos

Ser profeta de la verdad completa en el interior de un grupo de personas comprometidas con ella y luchando contra la injusticia es algo muy grande. Nos une a los que más nos necesitan y haciéndolo nos hace vivir teniendo como horizonte de nuestra existencia la causa del Dios de Jesús.

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Hoy añado a este ser comprometidos con el Reino de Dios (compromiso con los pobres de toda clase de todo el mundo) el que los cristianos comprometidos hemos de tener también la misericordia que Dios tiene hacia todos los seres humanos.

Jesús nos habló de ella en la llamada parábola del Hijo Pródigo (Lucas 15, 11-32) que deberíamos llamar del “Padre Bueno”.

¿Qué clase de padre es este padre de la parábola?

Antepone el amor a su hijo que lo abandona: a la injuria al pedirle en vida su herencia, a la rotura de su familia al irse de mala manera, a la merma de los bienes al llevarse la mitad de ellos.

Antepone el amor a su hijo cuando vuelve derrotado y pobre: al no haberle hecho caso a sus buenos consejos, a las riquezas perdidas, al haber abandonado a la familia.

Este padre con tanta misericordia y amor es el que Jesús nos propone como figura de Dios. Es la que él tiene con nosotros. Es la que quiere que sus seguidores en la causa de Dios tengamos con todos en nuestro compromiso cristiano. Es una ternura de corazón, un respeto grande al ser humano,

Invito que hagamos una parada leyendo y busquemos las aplicaciones concretas de esta misericordia en nuestro compromiso paraguayo contra la injusticia de Curuguaty, en la presencia de la FTC en Concepción, en el desastre de nuestra educación, en el modo de tener seguridad, en la carencia de medicamentos, en la necesidad de suprimir la pobreza, etc…

¿Qué añade la misericordia en estos compromisos?

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