Inundación en Ñeembucú: Mortandad del ganado se hace sentir con fuerza

Un solo productor al trasladar sus vacas perdió 25. Los animales ya no disponen de sitios para dormir. Las pérdidas para la agricultura también son cuantiosas. El río creció ayer 4 cm en Pilar.

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Situación. Ganaderos buscan la forma de salvar los animales que se mantienen vivos. Derecha, cultivos anegados

El agua condiciona la vida de los pobladores de todo el departamento de Ñeembucú. Miles de hectáreas inundadas y cultivos perdidos. Los pronósticos no son alentadores, la Dirección de Meteorología anuncia que la semana entrante la lluvia estará de nuevo poniendo en aprietos a los habitantes.

Mientras, la creciente del río Paraguay se hace sentir desde Villa Oliva, Alberdi, Villa Franca, Pilar y Alberdi. En la capital del duodécimo departamento, ayer el aumento fue de 4 cm, quedando la escala en 8 m 77 cm; toda la ciudad continua bajo la alerta “amarilla”, a escasos 23 cm para que se active el segundo aviso de alerta “naranja”.

La Gobernación del Alto Paraná se llegó con una dotación de más de 50 médicos de distintas especialidades que prestaron atención medica con entrega de medicamentos en el Polideportivo Municipal Roberto Cabañas.

Igualmente, paraguayos residentes en Buenos Aires llegaron con un gran cargamento de productos donados por los connacionales que residen en el vecino país.

El rubro que sustenta la economía del departamento sin dudas es la ganadería, que por las condiciones climáticas pasa uno de los peores momentos. Los animales ya no disponen de sitios para dormir. Este departamento es una zona de cría, donde 12.000 pequeños ganaderos peligran su bienes con la inundación.

Mortandad. El ingreso del frío, más los campos inundados sin sitios secos, pone en alerta principalmente a los pequeños ruralistas.

Según Javier Rolón, presidente de los pequeños y medianos productores pecuarios, la mortandad de la hacienda ya se hace sentir con fuerza.

Menciona que es preocupante la situación; los campos se encuentran con mucha agua, lo que obliga a los ganaderos a movilizar su pertenencia tratando de encontrar ó alquilar terrenos donde se pueda llevar la tropa de vacunos.

Refirió que un productor, Jorge Rodas, que movilizaba su ganado, unos 200, al llegar a destino ya tuvo una baja de 25.

Sin embargo, aún no es posible concluir la cuantificación de los daños e impactos en las haciendas.

A esto se agrega la destrucción de los caminos de este departamento. Los distritos de San Juan de Ñeembucú, Guazú Cuá, Tacuaras y Pilar, son los lugares con mayores daños y pérdidas.

En cuanto a la producción y alimentación, tampoco aún no se determinaron las pérdidas por hectáreas de cultivo, que con la ganadería son los medios de vida de familias campesinas. Con solo recorrer los distritos del Ñeembucú se evidencia que las pérdidas en la agricultura, destinadas mayormente a la alimentación familiar, son cuantiosas.

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