Industrializar más soja puede ayudar contra estancamiento

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Para el Fondo Monetario Internacional (FMI), el agro ya no impulsará el crecimiento económico de Paraguay en los próximos años, mientras que analistas económicos sostienen que la salida es aumentar el procesamiento de la materia prima para agregarle valor a los productos de exportación.

El presidente de Desarrollo en Democracia, Alberto Acosta Garbarino, explica que la cadena agrícola, especialmente la soja, es la más grande de la economía paraguaya, porque, a su paso, realiza importaciones de insumos, contrata a tractoristas y camioneros, quienes, a su vez, cargan combustible y se alimentan durante su trayecto en varias comunidades.

Pero coincide en que hay que desarrollar paralelamente otros sectores y, de manera urgente, la industrialización de la materia prima. ”Se está desarrollando, pero hay que hacerlo con más intensidad y de manera más rápida”, recomienda.

En la misma línea, Gustavo Rojas, investigador del Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya, menciona que el país debe agregar valor a los granos de soja porque esto también ayudará a no estar tan expuestos a la volatilidad que sufren los precios de los commodities.

Ambos se refieren a las posibles salidas para enfrentar el agotamiento de la expansión agrícola y la reducción de los precios de la soja, lo que indica que el crecimiento económico logrado en los últimos 15 años, a través de los agronegocios, irá disminuyendo.

Estas estimaciones van cobrando fuerza; el último en advertirlo fue el jefe de misión del FMI, Bas Bakker, a mediados de noviembre.

DESAFÍOS. Los analistas apuntan a una importante presencia estatal en el desarrollo de industrialización, así como a un mayor rendimiento y calidad de los cultivos ante la limitación territorial.

“Creo que es un proceso que hoy está siendo manejado solo por el sector privado, yo creo que hacen falta políticas públicas del Estado, una presencia más activa en este tema”, expresó Acosta Garbarino.

Argumentó que al transformar la soja en harina o aceite es más difícil colocar en los mercados y es ahí donde el Estado debe trabajar con acuerdos comerciales.

En cuanto a la producción de soja, insistió que con una mayor inversión en tecnología y capacitación se podrá obtener más cantidad de granos por hectárea.

Sobre el primer punto, Rojas coincide en la participación de las instituciones estatales. “Paraguay debe crear una política industrial, que busque especializar el país en aquellos rubros industriales donde ya hay algún tipo de masa crítica y un tipo de densidad productiva y no apenas limitarse por regímenes muy horizontales como la maquila y la Ley 60/90 (de incentivo fiscal)”, criticó.

Mientras que acerca del área de siembra, opina que la discusión ahora se debe centrar además en la calidad de la materia prima.

MOLIENDA. Entre enero y octubre de este año se procesaron 3 millones de toneladas de soja, lo que representa una disminución del 6,7% con relación al mismo periodo del año pasado.

Casi el 70% de los granos se transforman en harina y el 20,4% en aceite, de acuerdo con la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales.

En cuanto al cultivo, los sojeros siguen ajustando los números para determinar si llegan al objetivo de las 3,5 millones de hectáreas, luego de una temporada de sequía, aunque el déficit de agua hasta ahora sigue amenazando el desarrollo de las plantas.

La intención es mejorar las cifras de la campaña 2018-2019, que por factores climáticos alcanzó solo 2,8 millones de hectáreas de siembra, que influyeron en una menor producción de granos, llegando a 7,8 millones de toneladas, por debajo de las 10 millones que proyectaban los agroexportadores.


LA CIFRA
3 millones
de toneladas de soja se industrializaron entre enero y octubre, 6,7% menos que en 2018.

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