Iglesia Católica china reafirma lealtad al Partido Comunista

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Ocupación. El Papa se horrorizó por las celdas de la KGB y la Gestapo durante la II Guerra.

REUTERS, AFP y EFE

SHANGHÁI - CHINA

La Iglesia Católica de China reafirmó ayer su lealtad al gobernante Partido Comunista, al tiempo que celebró un acuerdo alcanzado con el Vaticano para el nombramiento de nuevos obispos.

El acercamiento histórico entre el Vaticano y China es una victoria para el régimen comunista, que da reconocimiento oficial a los obispos nombrados por Pekín y abre la vía a la normalización de las relaciones diplomáticas con la Santa Sede, apuntan los expertos. El acuerdo preliminar anunciado el sábado, tras 67 años de separación entre Roma y Pekín, sume en la incertidumbre a los millones de católicos chinos fieles a la “Iglesia subterránea” más que a la Iglesia oficial sometida al régimen.

El acuerdo trata sobre el nombramiento de obispos, una fuente de discordia desde hace décadas entre la Iglesia y el régimen chino. El Papa aceptó reconocer a siete obispos que habían sido nombrados por Pekín sin su consentimiento.

Una decisión que coincide con una iniciativa del régimen del presidente Xi Jinping para controlar a las comunidades religiosas, principalmente católicas y musulmanas.

El secretario de Estado, Mike Pompeo, acusó el viernes a Pekín de cerrar iglesias, quemar biblias y obligar a los fieles a firmar papeles para renunciar a su fe. En el marco de la política de sinización de las religiones, los santuarios están obligados a exhibir la bandera china y la constitución y eliminar símbolos religiosos en el espacio público. Además las misas están ahora prohibidas a los menores.

horrores en Lituania. “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” fue el lamento de Francisco, después de visitar en Vilna las celdas donde miles de personas fueron detenidas y torturadas por los servicios de seguridad de la KGB y la Gestapo. En su segundo día en Lituania durante su viaje por los países bálticos, el Papa acudió al actual Museo de la Ocupación y las luchas por la Libertad, utilizado durante años como cuartel de la KGB y que después ocupó la Gestapo, en los 50 años de ocupación soviética y los 3 de invasión alemana. Descendió a los infiernos de los sótanos del edificio, donde estaban las celdas en las que se encerraba y hacinaba a los disidentes, opositores, a quienes se negaban a delatar y a los católicos y luteranos que denunciaban los abusos del régimen. Algunas de las celdas de aislamiento medían solo 60 centímetros cuadrados, para que el prisionero no pudiera ni sentarse y no había baños, solo un cubo para que el hedor fuera insoportable. Todo esto quedó intacto y se puede ahora visitar para que las próximas generaciones no olviden.

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