El Fondo Monetario Internacional (FMI) dio a conocer ayer su informe sobre Perspectivas Económicas Globales para este año, donde revisó al alza la estimación de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de Paraguay.
De una proyección inicial de 2,9% de expansión, el organismo internacional eleva ahora su pronóstico a un 3,5%, ajustándose al mismo pronóstico actual previsto por el Banco Central del Paraguay (BCP).
El informe señala que liderarían el crecimiento las economías de Perú y Bolivia con una expansión de 3,7%, lo que ubica al Paraguay en la segunda mejor posición en Sudamérica.
Para el 2017, el organismo espera que nuestro país continúe por la senda positiva que, incluso, sería levemente mayor a la esperada para este año, situándose en un 3,6%.
FACTORES. A mediados del mes pasado una comitiva del FMI había visitado el Paraguay para verificar el desempeño de la actividad económica y adelantaban que –conforme a los datos que recabaron– se verificaría al alza la estimación de crecimiento.
El jefe de División para Paraguay del FMI, Hamid Faruqee, fundamentó esta revisión al alza en el buen dinamismo que mostraron sectores como la electricidad, ganadería, construcción e industria en el segundo trimestre del año.
“La impresión es que el impulso económico se ha fortalecido en la economía paraguaya. Eso también lo hemos notado en un repunte importante en las exportaciones, como también en la inversión en infraestructura desde el sector público”, destacaba el alto funcionario.
Esta revisión que hace el FMI sobre Paraguay coincide con los ajustes positivos de los bancos Itaú, que espera un 4%, y el BBVA, que estima 3,8%.
región. El reporte del organismo internacional espera que América Latina y el Caribe en su conjunto sufran una retracción de 0,6% este año, con un efecto rebote para el 2017 expandiéndose a 1,6% del PIB.
Para Sudamérica el FMI espera una caída de -2,0%, pero para el próximo año se aguarda que esta parte del continente pueda volver a la senda positiva con un crecimiento global de 1,1%.
Respecto a la Argentina, rebajó su expectativa de un 0,8% a una contracción de -1,8% para este año, indicando que la transición hacia un marco de políticas económicas más consistentes han probado ser más costosa de lo previsto.
Mientras que respecto al Brasil, el FMI considera que con la normalización de la situación política tras la salida del gobierno de Dilma Rousseff el PIB se contraerá en un 3,3% (menos de lo esperado inicialmente) y se expandirá el próximo año al 0,5%.