Ventana abierta es la primera obra de carácter audiovisual del BCMM, con la colaboración de la Compañía de Dança do Pantanal, bajo la dirección de Rolando Candia. La pieza se creó durante el estado de aislamiento sanitario debido al Covid-19, a partir de la propuesta coreográfica del maestro Manuel Garzón, “que ofrece una mirada a las emociones íntimas, y que plasma con sus movimientos el anhelo de los abrazos que extrañamos”, explica Miguel Bonnin.
La propuesta, musicalizada con las Canciones Gitanas de Antonín Dvorák, muestra cómo se abren ventanas que exhiben a unos bailarines que reflexionan y mandan un mensaje a corazón abierto, con el fin de cuidarnos, apoyarnos y seguir estando juntos a través de aquellas ventanas abiertas que se convirtieron en un símbolo de unión entre todos.
Este estreno, posible a través de las plataformas digitales de la Dirección de Cultura y Turismo de la Municipalidad de Asunción y al proyecto Nde Rógape, cuenta con la presentación y análisis de la doctora Patricia Bonnin-Arias.
LA CREACIÓN. Para Miguel Bonnin, este trabajo audiovisual, con colaboración internacional, “es toda una experiencia nueva, y permite descubrir nuevas sensaciones”, lo que para un artista, un bailarín, “es muy importante”, afirma.
“Esta oportunidad nos inyecta vida, esperanza, nos motiva y estamos contentos con las transmisiones online que se ofrecen del repertorio del ballet”, confiesa.
“Que el público pueda ver de esta manera nuestro trabajo, es una forma de demostrar lo mucho que el BCMM hizo en los últimos años, el repertorio inmenso que tiene. Nos alegra que por dos horas colaboremos con el público a olvidar la difícil situación que atravesamos. Muchos nos escriben y agradecen, porque el arte es como una tabla de salvación para el ser humano, para conservar las esperanzas, la ilusión y la alegría de la vida”, dice Bonnin.
ANTE LA PANDEMIA. El director explica que para el Ballet Municipal fue toda una sorpresa entrar en este tiempo de cuarentena, pues no sabían cómo reaccionar en las primeras semanas, señala.
“Luego surgieron las aulas virtuales, y como siempre dijimos que el arte, la danza no tienen fronteras, invitamos a muchos maestros internacionales que trabajaron con la compañía, y no solamente de Latinoamérica, sino del mundo entero”, cuenta el director del BCMM, sobre las aulas virtuales que hoy funcionan con la colaboración de invitados internacionales.
“El resultado nos deja sorprendidos y felices, a pesar del momento. Nos da una ilusión de seguir entrenando, desde otro lugar”, explica Bonnin.