En PJC, policías fungían de guardias privados y protectores de los narcos

Por orden de un secretario, el comisario Loreiro ordenaba que patrulleros verifiquen quién rondaba la casa del líder del PCC. Incluso, avisaba cuando sicarios eran detenidos por otros uniformados.

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La Comisaría 1ª de Pedro Juan Caballero estaba las 24 horas al servicio de Levi Adriani Felicio, jefe de jefes en Paraguay del Primer Comando Capital (PCC). Hacían de guardias privadas, controlaban a quienes merodeaban sus oficinas y casas, y hasta avisaban cuando otros policías capturaban a miembros de la estructura del “señor”.

El que hacía el trabajo de contacto con los policías era Marcio Gayoso, alias Candonga, secretario y mano derecha del jefe del cartel.

Edelio Celso Loreiro Báez es el nombre del comisario principal de 46 años, que presuntamente servía en bandeja y estaba al servicio del crimen organizado, según la imputación y las conversaciones que se detallan en ella.

En la intercepción de comunicaciones se evidencia que Gayoso tenía una red de policías a su servicio, entre ellos Loreiro, entonces jefe de la Comisaría 1ª. Este ordenaba realizar rondas preventivas a la casa de Levi por pedido del secretario del jefe narco. Levi llamaba a Gayoso y este llamaba al comisario y le ordenaba que verifique los vehículos extraños que estaban en las cercanías de las oficinas de Levi. El 19 de noviembre del 2018, Candonga llamó al jefe de la comisaría para ordenarle una verificación. “A dos cuadras del Hotel Tereré, hacia Fortis, cerca del surtidor nuevo, hay una Fortuner que está dando vueltas por ahí y le pide que le envié a una patrullera a ver quién es”, dice el documento. Después Loreiro le informó que envió al móvil 10 para la verificación.

En otra fecha le informó el comisario al secretario narco que le agarraron a miembros de su organización, y que llevara USD 1000 para negociar la liberación porque “el personal de apoyo” hizo el procedimiento.

Gayoso tenía el poder hasta de pedir explicaciones a la Policía porqué habían agarrado a trabajadores luego que hayan hecho una mudanza (traslado de marihuana presumiblemente), y el comisario Loreiro daba las explicaciones y colaboraba para que el daño no fuera superior.

El abogado Julio Palma, representante de Loreiro indicó que las conversaciones que se le atribuyen a su cliente fueron grabadas de un teléfono que está a nombre de otra persona. Sin embargo, el fiscal Carlos Alcaraz explicó que en las grabaciones se lo identifica como jefe de la comisaría, y añadió que si hace falta se podría realizar una pericia para comprobar que se trata de su voz.

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