En la lista están colorados disidentes, una mayoría de liberales, las bancadas del Partido Democrático Progresista (PDP), Avanza País (AP), Frente Guasu (FG), el independiente Eduardo Petta y el oficialista Luis Castiglioni.
En cuanto a los que están dispuestos a votar a favor de la enmienda en caso de que la convención colorada acompañe esta posibilidad y comience su trámite en Diputados, y luego pase al Senado, figuran una mayoría de colorados cartistas, sus aliados los oviedistas, el disidente Julio César Velázquez y la liberal Blanca Fonseca.
Además, otros tres liberales aún estarían en duda sobre el sentido de su voto. Se trata de Zulma Gómez, Enzo Cardozo y Ramón Gómez Verlangieri.
Aun si estos deciden sumarse al plan oficialista, llegarían a 17. Como mínimo se precisa de 23 votos para que la enmienda tenga vía favorable.
Sin embargo, el cartismo, a pesar del panorama adverso, está barajando posibilidades. Se considera un hecho que en la convención del próximo 29 se estaría imponiendo la reelección vía enmienda, y se habla incluso de sanciones para los que no acompañen.
El senador independiente Eduardo Petta comentó que hay dos jugadas que supuestamente están pretendiendo llevar adelante desde el oficialismo. Citó como una de ellas probar con la sanción ficta. Esto quiere decir que en el caso de que en Diputados aprueben la enmienda, la intención sería que en el Senado dejen sin efecto este tema.
“Tenemos dos alternativas: una es señalar que ya fue tratado en el Senado el 25 de agosto y ya no se puede tratar hasta dentro de un año, y la otra posibilidad es que se trate nuevamente, y así como está, teniendo la mayoría en el Senado, rechazar para evitar la judicialización”, manifestó el legislador.
Indicó que si no sale eso, los oficialistas jugarían a violar la Constitución Nacional una vez más buscando la renuncia del presidente Horacio Cartes, y ampararse en el artículo 229 como lo hace el senador Fernando Lugo.
El mencionado artículo habla sobre la duración del mandato, que tiene que ser de cinco años. El ex obispo no completó debido a su destitución vía juicio político por parte del Congreso.
Petta trajo a colación que una eventual renuncia debe ser tratada por el Congreso, por lo que ahí el oficialismo tropezará con otro problema. “Están jugando con esa posibilidad. Entonces para eso tienen que saber que el Congreso tiene que aprobar la renuncia en una reunión de ambas Cámaras”, refirió, aclarando que tienen que estar presentes como mínimo 65 diputados y senadores, de los 125.
“Para reunirse cada Cámara tiene que tener su cuórum. En el Senado no existe voluntad de dar lugar a esta estrategia. Es un disparate. Es descabellada la idea, pero como estamos acostumbrados al disparate, estamos muy atentos para evitar la violación de la Constitución, una vez más”, sentenció.
Incluso remató que como mínimo se tendrían 28 votos en contra de la reelección, pero que más senadores podrían sumarse.