Los documentos se confeccionarán con un material plástico denominado policarbonato que resiste el uso intenso, climas extremos y es seguro para la página de datos de los documentos de identidad y pasaporte.
“Hay mucha seguridad física con el documento. La información se graba con láser, ya no se utilizan tintas, láminas. Es como si quemáramos el material con el nombre, la fotografía, etc.”, explica Serna. Asegura que tanto la cédula como el pasaporte serán absolutamente inalterables. “Es imposible para un tercero decir que va a conseguirme una máquina y falsificar una cédula”.
Tiene características de seguridad muy específicas, dice, que no se pueden conseguir en el mercado, en la calle.
“Ninguno de los documentos es falsificable, alterable, además tienen un chip de seguridad”, lo que terminará con la red de falsificadores que opera en todo el mundo. La seguridad también se contempla en la emisión de los documentos. “Al ser un proceso que cambiará de ser muy mecánico, a un sistema electrónico, hay mucha seguridad en el proceso. Seguimos todos los estándares de seguridad con una trazabilidad sin falla del ciclo de vida de los documentos que va de la captura de datos del ciudadano hasta la entrega. La tecnología incluye un sistema espejo o respaldo, “de modo que tampoco habrá problemas de caída del sistema”, explica.