De acuerdo a esta organización, actualmente no solo existe alta tasa de catarata, que es cuando el cristalino empieza a ensuciarse, sino que hay una “epidemia de diabetes” que trae aparejado problemas oculares. “Uno de cada diez paraguayos tiene diabetes, la mitad no lo sabe y la mitad de ese grupo quedará ciego”, apunta.
Prevención. Es por eso que las campañas de prevención son cruciales para reducir la incidencia de estos males. “Si uno va a los colegios podrá ver que la alimentación es muy azucarada, unida a la genética y al sol, esos factores influyen a que la diabetes sea un problema nacional”, indica al referir que los rayos ultravioletas achacan aún más la vista de personas que sufren –sin saberlo– diabetes.
Cada año, esta fundación opera de forma gratuita –en convenio con el Ministerio de Salud Pública– a 1.150 pacientes con cataratas.
Para el año entrante –dice– se proponen aumentar la cobertura. Para ello fortalecerán alianzas con la cartera sanitaria de Estado. “Lo que más nos gustaría hacer, más que dar la cura, son campañas de prevención y concientización”, añade Vangioni.
Como están en contacto con los hospitales regionales, buscan establecer alianzas con las unidades de salud familiar (USF) para detectar a tiempo la enfermedad y reducir su incidencia. “Es más barato, a la larga, porque una cirugía de retina es muy cara”, acota sobre el precio de una intervención quirúrgica que ronda G. 4.000.000.
En el país, refuerza, nacen cada año alrededor de 110.000 bebés, de los cuales unos 800 recién nacidos son prematuros. “De estos 800 es probable que, por una mala oxigenación de las incubadoras, queden ciegos”, advierte.
Con Salud Pública acordaron llevar sus especialistas y alta tecnología a las unidades neonatales para revisar con una cámara especial las retinas de bebés prematuros.
“Se saca una foto a la retina del bebé y se ve si hay que aplicar rayos láser; a veces tenemos 48 horas, o si no se quedan ciegos”, remata.