Derlis completó el recorrido con espíritu olímpico

Lejos del primer lugar, Derlys Ayala completó el difícil recorrido de la maratón (42,195 km) y cumplió con el sueño de convertirse en atleta olímpico. A pocos kilómetros de la meta encontró a un amigo de infancia, al argentino Federico Bruno, quien se acalambró, lo ayudó a reponerse y le estimuló para llegar a la meta.

  • Facebook
  • Twitter
  • Email
  • Print

Misión cumplida. El paraguayo Derlys Ayala, con la bandera tricolor en alto, tras llegar a la meta en Río.

“El tiempo fue lo de menos, importaba más ayudar al amigo, al que conozco de todas las categorías sudamericanas que corríamos juntos. No era justo que abandonáramos a falta de tan solo un kilómetro. No venimos acá para no terminar la prueba y ese amor propio que solo el atleta siente nos llevó hasta la meta”, dijo Derlys, quien cruzó la meta con la bandera paraguaya en alto.

El tablero de llegada marcaba 2:28’03”, más de 10 minutos por encima de su tiempo de clasificación. “Pasé la media maratón en 1:08’ así como planifiqué para poder hacer la segunda mitad un poco más equilibrado. Lamentablemente, el físico no me respondió como yo quería, volví a sentir al km 30 la ingle, que me viene molestando mucho tras la maratón de Rotterdam; no quiero justificar nada. Di todo y trabajé duro para estar acá. Es un privilegio haber estado aquí entre los mejores del mundo y estoy orgullo por ello”, subrayó el esteño.

REFLEXIVO. “Pido disculpas a los amigos por no haber podido dar un mejor tiempo o posición. Pero agradezco a todos los que me ayudaron para llegar acá. Al Team Paraguay que nos atendió maravillosamente en el proceso y ahora resta preparar mejor para el próximo ciclo olímpico y Dios quiera podamos estar en Tokio 2020”, concluyó.

EL PODIO. El ganador de la competencia fue el keniano Eliud Kipchoge con tiempo de 2:08’24” seguido del etíope Feyisa Lilesa con 2:09’54” (plata) y el bronce fue para el norteamericano Galen Rupp con 2:10’05”.

La intensa lluvia no pudo silenciar el sambódromo que se mostró ruidoso con las batucadas que alentaban la llegada de cada corredor que a su vez festejaba como si fuera que ganaba la medalla de oro.

  • Facebook
  • Twitter
  • Email
  • Print
Más contenido de esta sección